En un discurso pronunciado en 1982, en una reunión de la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK, por su sigla original), el cineasta kurdo Yılmaz Güney (1937-1984) llamó la atención sobre la postura de los movimientos de izquierda en Turquía con respecto a la tendencia del pueblo kurdo a organizarse por separado.
El documental de 1987 del director francés Claude Weisz, titulado Le llamaban el rey feo, retrata la vida en el exilio de Güney y el clima político en Turquía durante ese periodo. La película incluye extractos de una entrevista realizada al cineasta en prisión, así como fragmentos de su discurso en la reunión de la DISK.
En la parte de la película en la que aparece su discurso, Güney defiende el derecho del pueblo kurdo a organizarse de forma independiente y afirma: “Desde sus inicios, los movimientos de izquierda en Turquía han considerado al movimiento kurdo como un movimiento subsidiario, considerándolo siempre como una parte específica de la revolución turca más amplia. Como resultado, hoy en día, el pueblo kurdo ha optado por una organización separada. La cuestión no debe verse en un sentido nacional estrecho, sino desde la perspectiva de los intereses comunes de los pueblos de Turquía, Irán, Kurdistán, Siria e Irak”.
En el mismo discurso, Güney dijo: “Hoy, los turcos de diversas partes del mundo y algunos de nuestros compañeros en Turquía están debatiendo la Constitución preparada por los fascistas. La Constitución preparada por los fascistas no está abierta al debate. Si la Constitución preparada por los fascistas se impone al pueblo por la fuerza de las armas, entonces nosotros también derribaremos la Constitución fascista con nuestras armas”.
“El derrocamiento del fascismo no es solo el objetivo principal de nuestra lucha contra el fascismo, es una forma particular de nuestra lucha revolucionaria -manifestó el cineasta kurdo-. Estableceremos la democracia popular en el país y avanzaremos hacia el socialismo. Ese es nuestro objetivo. La condición fundamental para convertir las derrotas en inexistencias es determinar con precisión nuestra actitud hacia nuestra propia realidad y nuestros errores. Si no queremos llorar durante mucho tiempo a los que quedan fuera, aceptemos ahora llorar a los que mueren dentro y abracemos la sangre de los que mueren dentro”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina