Turquía ha seguido intensificando su operación militar sin precedentes en el Kurdistán iraquí (Bashur), desplazando a los residentes de más de cien aldeas kurdas y estableciendo puestos de control en lo más profundo del territorio kurdo iraquí soberano. Aunque Turquía afirma que sus operaciones están justificadas por sus preocupaciones de seguridad respecto del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), los analistas y los representantes políticos kurdos sostienen que la operación tiene en realidad por objeto crear una ocupación de facto, fomentando las aspiraciones políticas, territoriales y económicas regionales de Turquía.
Zagros Hiwa es portavoz de la Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK). En esta entrevista, publicada íntegramente en exclusiva por Medya News y ligeramente editada para mayor claridad, Hiwa explora la compleja base histórica, económica e ideológica de las operaciones militares de Turquía contra los kurdos.
-Turquía afirma que está llevando a cabo una operación contra el PKK para proteger su seguridad nacional. ¿Cuál es su respuesta a este argumento?
-La noción de seguridad nacional de Turquía presenta grandes problemas. Para Turquía, la seguridad nacional es la seguridad de los turcos suníes, por lo que las personas de otras identidades religiosas y étnicas que viven en Turquía o en países vecinos son consideradas una amenaza para la llamada seguridad nacional turca. Por lo tanto, cada operación para proteger esta seguridad nacional se ha realizado a costa de la limpieza étnica de un grupo étnico o religioso en particular. Esto es lo que ha sucedido con los armenios, circasianos, yazidíes, alevíes, asirios, griegos y muchas otras entidades étnicas y religiosas. En cierto modo, podemos decir que la seguridad nacional de Turquía se ha construido sobre las tumbas de kurdos, armenios, yazidíes, asirios y muchos otros pueblos. La principal política de Turquía contra todos estos pueblos es una política de genocidio físico, cultural y político. Es decir, todo aquel que no sea turco sunita y viva en Turquía o sus alrededores debe negar su propia identidad y adoptar una identidad turca sunita, de lo contrario le aguardará un destino similar al genocidio armenio, la masacre de Dersim o la masacre de Zilan. Hoy, la seguridad nacional es un argumento utilizado por Turquía para camuflar su campaña genocida contra los kurdos.
-¿Cuáles son las motivaciones que Turquía pretende ocultar?
-La verdadera motivación de Turquía es someter a los kurdos a un genocidio cultural y político, negarles todos sus derechos naturales y cambiar demográficamente su patria para que las ambiciones neo-otomanas de Erdogan de implementar el “Misak-i Milli”, o “Pacto Nacional”, puedan hacerse realidad. Según este pacto [una declaración de intenciones expansionista publicada en 1920 por las autoridades otomanas], Turquía reclama grandes franjas de tierra en Irak y Siria, en particular las gobernaciones de Alepo y Mosul. Para lograrlo, Turquía ha intervenido directamente o ha utilizado grupos intermediarios. Desde 2011, Turquía ha utilizado grupos intermediarios, entre ellos Al Qaeda, el Frente Al Nusra, ISIS, Hayyat Tahrir al Sham [una rama de Al Qaeda], el Ejército Nacional Sirio [ENS, controlado por Turquía], [la milicia turcomana] Sultan Murat, etc., para limpiar étnicamente estas zonas de su población kurda y sustituirlas por intermediarios turcomanos y árabes yihadistas.
Los ataques del ISIS contra Ayn al-Arab (Kobanê), Sinjar (Shengal), Mosul y muchas otras zonas habitadas por kurdos en Irak y Siria son hitos en la política del Pacto Nacional de Turquía. Cuando la resistencia de los kurdos, apoyada por la Coalición Internacional para Derrotar a ISIS logró derrotarlo, Turquía decidió intervenir directamente y materializar sus ambiciones neo-otomanas. Así que comenzó a atacar, y sigue atacando, los lugares que fueron fundamentales para gestionar y librar la lucha contra ISIS. Atacó Rojava (Kurdistán sirio) e invadió ciudades como Afrin (Efrîn), Ras al-Ayn (Serêkaniyê) y Tell Abyad (Girê Spî). Sigue atacando Ayn al-Arab (Kobanê) y ya ha destruido toda la infraestructura esencial para la vida de los pueblos que viven en Rojava y el noreste de Siria.
-¿Cómo se materializa esta política en la práctica en el Kurdistán iraquí?
-Turquía ha organizado una operación militar a gran escala para invadir y, en consecuencia, anexionarse grandes franjas de tierra en el norte de Irak (Bashur, Kurdistán iraquí). Turquía sabe que las tropas que han desempeñado un papel esencial en la derrota del ISIS estaban inspiradas ideológicamente por el líder kurdo [Abdullah Öcalan] y apoyadas militarmente por las guerrillas del movimiento de liberación de Kurdistán en las Zonas de Defensa de Medya [en las montañas del norte de Irak, controladas por el PKK]. Por eso ha impuesto un régimen agravado de aislamiento y detención en régimen de incomunicación [a Öcalan] y ha lanzado una invasión total contra las Zonas de Defensa de Medya. En cierto modo, Turquía está tratando de vengar la derrota del ISIS. Turquía ataca los lugares que han sido y siguen siendo los centros de la resistencia contra ISIS, y todo ello bajo la cobertura de la OTAN.
-Turquía lleva 40 años combatiendo al PKK. ¿Qué tiene de diferente la operación actual?
-Durante los 101 años que lleva Turquía perpetrando ataques genocidas contra los kurdos, este Estado ha intentado asegurarse el apoyo de los países signatarios del Tratado de Lausana, ya sea atrayendo a estos países o chantajeándolos para que le den su apoyo, o bien para asegurarse de que no hablen de sus campañas genocidas. La aparición del PKK no fue más que una respuesta y una decisión de poner fin a este genocidio cultural, físico y político contra los kurdos. Cuando el golpe de Estado de 1980 y las torturas y asesinatos inhumanos de activistas y militantes kurdos en la tristemente célebre prisión de Diyarbakir no dejaron espacio alguno para la política democrática, el PKK emprendió una lucha de legítima defensa.
Desde entonces, Turquía ha buscado el apoyo de los países que han sido parte del Tratado de Lausana y de aquellos que posteriormente heredaron su legado. En particular, Turquía ha abusado del artículo 5 del Acuerdo de la OTAN, afirmando que está bajo amenaza y pidiendo a los países miembros de la OTAN que le brinden apoyo político, militar y técnico. Lamentablemente, estos países han brindado a Turquía ese apoyo a costa de la propia existencia del pueblo kurdo. Las últimas operaciones han añadido nuevas dimensiones a ese apoyo.
A pesar de que nuestra lucha ha llevado a Turquía muchas veces al punto de cambiar del fascismo y el autoritarismo hacia la democratización, estos Estados han apoyado políticamente (tanto a nivel nacional como internacional), económica y financieramente a Erdogan para asegurar su permanencia en el poder. Han hecho la vista gorda ante todos los crímenes que Erdogan ha cometido contra la humanidad en Turquía, en los países de Oriente Medio, en el Cáucaso y en el norte de África. Erdogan apoya abiertamente a los grupos yihadistas y los utiliza como intermediarios para invadir el norte de Siria y el norte de Irak.
-¿Cuáles son las consecuencias nacionales y regionales de este enfoque por parte de las potencias internacionales?
-Los países miembros de la OTAN no sólo no se han opuesto directamente a estas políticas, sino que las han apoyado indirectamente con diferentes justificaciones y pretextos, lo que los ha convertido en cómplices de los crímenes cometidos por Erdogan. Erdogan pisotea abiertamente el derecho nacional e internacional al imponer un régimen de aislamiento en la isla-prisión de Imrali (donde está encarcelado Öcalan), pero estos países miembros de la OTAN y los países europeos no plantean ninguna objeción contra Erdogan.
La Turquía de Erdogan es la mayor prisión para periodistas y disidentes políticos, se cometen graves violaciones de los derechos humanos, en particular de los derechos y libertades de las mujeres, y sin embargo no hay una postura seria contra Turquía. Los países miembros de la OTAN han ayudado económicamente a Erdogan a apuntalar la tambaleante economía turca y, en consecuencia, a ganar las elecciones amañadas. Turquía ha impedido abiertamente que los kurdos tengan representación política en las elecciones locales y nacionales, ha encarcelado a miles de activistas políticos kurdos y ha destituido a casi ochenta alcaldes elegidos democráticamente en ciudades de población kurda, pero sigue siendo considerada un valioso aliado de la OTAN.
-¿Cómo ha afectado al conflicto la búsqueda de acercamiento por parte de Turquía a sus vecinos regionales?
-A pesar de todo este apoyo político y económico a la guerra de Turquía contra los kurdos por parte de los países miembros de la OTAN, Turquía no ha logrado los resultados deseados. Por eso Erdogan ha iniciado acercamientos con los países vecinos de Irak, Siria e Irán. La visita de Erdogan a Bagdad el 22 de abril de 2024 fue un intento de llevar a Irak a un punto en el que lucharía directamente contra el PKK. Lo mismo ocurre con Siria y Bashar al-Assad. En 2011, Erdogan cambió la retórica del “hermano Assad” por la de “Assad asesino” para poder intervenir abiertamente en Siria, derrocar a Assad y reemplazarlo por un gobierno de la Hermandad Musulmana como el de Egipto. Después de 13 años, esta política no ha producido más que fracasos. Ahora Erdogan vuelve a intentar acercarse al “asesino Assad” y lo llama “Señor Assad” con el único fin de poder incorporarlo a la guerra genocida contra los kurdos. Turquía está haciendo grandes concesiones a Irán para asegurarse de que Irán ayude a que Irak y Siria cambien su postura contra los kurdos y el PKK. Al utilizar al Partido Democrático de Kurdistán (PDK) como caballo de Troya de Turquía en la política de Oriente Medio y Kurdistán, Erdogan ha logrado llevar a Irak al punto de prohibir el PKK y hacer la vista gorda ante la invasión militar en el norte de Irak.
Durante los años 1990 y principios de los 2000, Turquía solía llevar a cabo operaciones militares en el norte de Irak y retirarse después de un cierto período. Pero las operaciones militares recientes se caracterizan por la invasión y la anexión. Grandes franjas de tierra, más grandes que el Líbano, han sido invadidas y Turquía ha construido allí casi 100 bases militares fuertemente fortificadas. Más de 600 aldeas han sido evacuadas y arrasadas, y miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, hasta el punto de no retorno. Lo que está sucediendo ahora en el norte de Irak se parece a lo que Saddam (Husein) hizo en la región en la época de la tristemente célebre campaña de Anfal.
-¿La nueva capacidad tecnológica de Turquía está marcando una diferencia en la guerra?
-Turquía ha recibido apoyo militar y tecnología de última generación en sus ataques genocidas contra los kurdos. Muchos países miembros de la OTAN, en particular Canadá, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, han proporcionado a Turquía la experiencia y la tecnología necesarias para desarrollar drones armados y armas de precisión. Si no hubiera sido por la ayuda de los países miembros de la OTAN, Turquía no habría podido desarrollar tecnología de drones. Estos drones han sido utilizados por Turquía para cometer numerosos crímenes de guerra en Kurdistán, lo que ha provocado la muerte de cientos de civiles en todo el Kurdistán del Sur [la región del Kurdistán de Irak], desde Zakho (Zaxo) hasta Sinjar, Kirkuk (Kerkûk) y Kalar (Kelar).
-El proyecto de la “Ruta del Desarrollo” de Turquía tiene como objetivo construir una ruta comercial controlada por Turquía desde Oriente Medio hasta Europa, como alternativa a la recientemente propuesta ruta IMEC (Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa). ¿Cómo se relaciona la invasión con este proyecto y con las aspiraciones geopolíticas más amplias de Turquía?
-Durante miles de años, la economía de los pueblos que viven en Irak ha dependido de los ríos Tigris y Éufrates. En las orillas de estos ríos se han desarrollado importantes civilizaciones. En los últimos años, Turquía ha construido decenas de presas en estos dos ríos y ha utilizado el agua como arma contra los pueblos de Irak y Siria. Si Turquía hubiera tenido alguna intención de ayudar al desarrollo de Irak, no habría cortado el flujo del Tigris y el Éufrates. Al cortar el agua del Éufrates y el Tigris e impulsar su proyecto de la “Ruta del Desarrollo”, Turquía quiere privar a Irak de la capacidad de utilizar sus propios recursos, de desarrollar su propia economía. Turquía quiere saquear los recursos de Irak y convertir el país en un mercado para los productos turcos, para interferir e intervenir aún más en la política interna de Irak y anexionarlo para reforzar la política antikurda de Turquía. En cierto modo, esta operación está despejando el camino para el pillaje y el saqueo que llama la “Ruta del Desarrollo”. Turquía ha dependido durante mucho tiempo de su posición geoestratégica como vínculo entre Asia, Rusia, África y Europa para promover sus intereses y lograr que otros países hagan la vista gorda ante sus agresiones. Con el acuerdo de 2023 sobre el corredor IMEC, Turquía cree que ha perdido su posición geoestratégica y ha quedado excluida de las ecuaciones internacionales. El corredor IMEC conecta directamente Asia con Europa sin depender de Turquía. Por lo tanto, al intentar construir su “ruta de desarrollo”, Turquía quiere construir una alternativa al IMEC. La reciente invasión y anexión del norte de Irak es un paso hacia el control total de la mayoría de las áreas alrededor de esta ruta, presentándola como una ruta alternativa segura al IMEC.
FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina