Siria: tierra de civilizaciones y teatro de conflictos

Durante cuatro siglos, Siria fue parte del Imperio Otomano, representando un puente geográfico y cultural entre Oriente y Occidente. Sin embargo, con el colapso del sultanato en la Primera Guerra Mundial, las principales potencias comenzaron a dividir esferas de influencia en el Levante, y Siria estaba en el corazón de estas ambiciones.

El mandato francés y la resistencia popular

En 1920, Francia impuso su mandato a Siria, pero los sirios la enfrentaron con revoluciones y levantamientos, sobre todo la Gran Revolución siria liderada por el sultán Pasha al Atrash, que incluía árabes, kurdos y drusos. Este período reforzó la idea de que la unidad popular era el arma más importante contra la ocupación.

El gobierno de los golpes y el Ba’ath

Después de la independencia en 1946, Siria entró en un período de agitación política y golpes de estado. Este período continuó hasta que el Partido Ba’ath tomó el control en 1963, inaugurando una nueva era con Hafez al Asad en 1970. Esta era se caracterizó por una alianza con la Unión Soviética (URSS) y la adhesión a la retórica nacionalista, mientras que Siria continuó siendo un jugador importante en la política de Medio Oriente.

La guerra siria y la intervención de las grandes potencias

El estallido de la crisis siria en 2011 abrió la puerta a la intervención de las principales potencias regionales: Rusia, Estados Unidos, Turquía e Irán. El país se convirtió en una zona de guerra de poder, y el mapa de control cambió continuamente, con la creciente influencia de grupos armados con agendas extranjeras.

Las Fuerzas Democráticas Sirias: defender el territorio y la diversidad

En medio de este caos, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) emergieron como una fuerza local de múltiples componentes, compuesta por combatientes kurdos, árabes, sirios y asirios. Estas fuerzas jugaron un papel fundamental en la derrota de ISIS en batallas cruciales como Kobane, Raqqa y Baghouz. También mantuvieron la seguridad en grandes áreas del norte y este de Siria, y proporcionaron un modelo administrativo que respeta el pluralismo étnico y religioso.

A pesar de los intentos de distorsión y propaganda hostil, las FDS mantuvieron su posición de rechazar la partición de Siria y pidieron constantemente una solución política que garantice los derechos de todos los componentes y preserve la unidad del territorio sirio.

El colapso del régimen del Ba’ath y la era de Hay’at Tahrir al Sham (HTS)

En las regiones del noreste de Siria, donde se estableció un sistema basado en la protección local, la administración autónoma y el pluralismo, se logró un grado de estabilidad mientras que el caos aumentó en el resto de Siria. A finales de 2024, surgió una nueva situación.

HTS, una versión modificada y más suave de Jabhat al Nusra, dirigida por Abu Muhammad al Julani (Ahmad al Sharaa), que había establecido su autoridad en Idlib con el apoyo de Turquía, comenzó a lanzar ataques contra el régimen del Ba’ath.

El 27 de febrero de 2024, lanzó una operación militar llamada “Respuesta a la agresión” contra el régimen de al Asad y su ejército. El 8 de diciembre de 2024, el régimen de Asad colapsó y el poder se transfirió a Hay’at Tahrir al Sham. Sin embargo, el caos y las masacres solo se intensificaron.

El 6 de marzo, HTS trasladó sus fuerzas a la costa siria con el pretexto de enfrentarse a los restos del antiguo régimen. Bajo esta cobertura, cometió masacres contra miles de alauitas. Poco después, al incitar a la sedición, lanzaron un ataque similar contra la comunidad drusa en Sweida.

Durante estos ataques, se plantearon consignas como: “Es el turno de los kurdos y de las Fuerzas Democráticas Sirias”.

Siria entre el pasado y el futuro

Desde los otomanos hasta los franceses, desde las guerras del siglo XX hasta la crisis actual, Siria ha seguido siendo un escenario de competencia entre las principales potencias. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la verdadera solución radica en adherirse a la unidad del pueblo y la tierra, y confiar en fuerzas locales como las Fuerzas Democráticas Sirias.

A pesar de la profunda herida, hay esperanza de construir una Siria unificada, diversa y democrática que acepte todos los colores y voces; un país en el que los desplazados puedan regresar a sus hogares y se pueda construir un futuro seguro y estable.

FUENTE: Fawaz Rasho / ANHA / Edición: Kurdistán América Latina

jueves, agosto 21st, 2025