Tras más de cincuenta años en el poder, el régimen del partido Baas en Siria ha caído, un régimen que gobernó con mano de hierro sin permitir la existencia de ningún oponente ni partidos de la oposición.
En menos de diez días, grupos armados de la oposición con el apoyo de Turquía y con miembros de Hai’at Tahrir al Sham (que antes era el Frente al Nusra, el brazo de Al Qaeda en Siria), anunciaron la conquista de Alepo y después la caída de las ciudades de Hama, Homs, As-Suwayda y Deraa. La entrada a estas ciudades les dio la clave de Damasco. La madrugada de ayer, 8 de diciembre, a las 3.10 horas, anunciaron que habían entrado en la capital.
El régimen que resistió las revueltas y la guerra en el país desde el 15 de marzo de 2011, desapareció y colapsó en cuestión de días. Antes, miles de personas perdieron la vida, millones huyeron del país o se desplazaron por los ataques y el conflicto entre grupos armados y el régimen de Bashar al Asad, sin contar las decenas de miles de desaparecidos en las sus prisiones. Sus principales aliados, Rusia e Irán, debido a sus conflictos internos, no le han apoyado esta vez.
Pero ¿qué va a pasar ahora? ¿Quién será el siguiente gobernante? ¿Qué tipo de gobierno habrá? ¿Qué futuro le espera a las minorías étnicas y religiosas del país? ¿Las mujeres se tendrán que tapar el pelo en Siria si se convierte en un Estado islamista? ¿Qué ocurrirá con los derechos de las mujeres? Son preguntas que nos hacemos todas.
Pero son difíciles de responder y se teme que tengan respuestas muy preocupantes, especialmente para el futuro de las minorías y mujeres. Los vídeos publicados en las redes sociales muestran saqueos de mezquitas y lugares de culto chií en Damasco. Además de difundir un discurso de odio hacia otras minorías.
Los kurdos establecieron hace años la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), con leyes consideradas avanzadas, que respetan los derechos de las minorías étnicas y religiosas. En todas las instituciones de la AANES se aplica el sistema de copresidencia, además de tener a las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ) como principales fuerzas de defensa en la zona, unidades que tuvieron un papel importante en la lucha contra grupos terroristas como el autoproclamado Estado Islámico (ISIS). ¿Pero todo esto continuará de pie o estos grupos armados liquidarán este proyecto después del colapso del régimen?
Ankara, el principal aliado de estos grupos, considera el proyecto de la AANES una amenaza y una extensión del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), prohibido en Turquía. De hecho, la misma mañana de la caída del régimen, en la capital de Qatar, Doha, el ministro de Asuntos Exteriores turco dijo que el PKK sirio no podía considerarse un “socio legítimo” para entablar conversaciones en Siria.
Y también, mientras la gente celebraba la caída del régimen, el ejército turco y grupos armados de la oposición atacaban la ciudad de Manbij y los pueblos de alrededor –bajo control de las prokurdas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
Hoy, las AANES y todos los dirigentes kurdos, pese a ser amenazados por Turquía, envían mensajes esperanzadores por la caída del régimen, pero al mismo tiempo piden precaución, tolerancia y formar parte del futuro del país. La copresidenta del Departamento de Relaciones Exteriores de AANES, ha escrito en X: “El tiempo de la tiranía ha terminado. Hoy pasamos la página del pasado y abrimos la puerta de la esperanza para aunar los esfuerzos de los sirios para un futuro mejor, basado en la justicia y la democracia. Detenemos el ruido de las balas y hacemos del diálogo una base para la paz y la construcción”.
Sin embargo, la sensación de alegría y felicidad puede que no lo sea para los kurdos. El país va hacia el caos con las armas en manos de la mayoría de la población y el discurso de odio en los medios de comunicación y en las redes sociales.
En esta nueva etapa, es necesaria la tolerancia y declarar un cese inmediato de todas las operaciones militares, para allanar así el camino hacia un verdadero diálogo nacional que contribuya a construir un sistema de gobernanza democrática y pluralista que garantice los derechos de todos y proteja el futuro y la unidad del país.
FUENTE: Amina Hussein / VilaWeb / Traducción y edición: Kurdistán América Latina