El río Khabur, la arteria vital que una vez regó la ciudad de Hasakah y su campo, se ha transformado en un páramo estéril que carece incluso de las necesidades más básicas de la vida. Fotos y vídeos recientes muestran el arroyo completamente seco, con el suelo cubierto de grietas sedientas y los restos de árboles frutales marchitos esparcidos por él, muertos después de ser cortada el agua.
En el norte de Siria, el río Khabur alguna vez suministró vastas áreas desde la ciudad ocupada ilegalmente por Turquía, Serekaniye, pasando por Tal Tamr y todo el camino hasta Hasakah. Miles de familias dependían de ese río para la agricultura y el ganado. Hoy en día, no hay rastro de agua y solo se puede escuchar el gemido de la tierra agrietada.
La causa principal de esta sequía catastrófica, según las observaciones de campo y los testimonios de los residentes, son las prácticas de la ocupación turca y sus mercenarios, que cortaron el suministro de agua del río a finales de 2015. Esto fue seguido por la construcción de presas primitivas después de la ocupación de Serekaniye en 2019, que bloqueó el agua e impidió que fluyera hacia el sur.
Las imágenes y vídeos capturados muestran el alcance de la devastación en la región, con el lecho del río que parece una cicatriz profunda en medio del deterioro de las tierras agrícolas, habiendo perdido su conexión con la fuente de la vida.
Estas imágenes desgarradoras envían un grave mensaje visual sobre una crisis humanitaria y ambiental que requiere una acción urgente.
FUENTE: ANHA / Edición: Kurdistán América Latina