Son Güncelleme febrero 6th, 2025 Saat 01:52 pm yapılmıştır
El mandatario turco Recep Tayyip Erdogan y el “presidente interino” de Siria Ahmed al Sharaa se reunieron ayer en Ankara. Durante el encuentro, discutieron y negociaron sobre la situación en el territorio sirio, que se encuentra en una nueva crisis tras la caída del régimen de Bashar al Asad a finales de 2024.
“Felicidades a Ahmed al Sharaa y a todos los sirios. Rezo por las almas de todos los hermanos sirios que han muerto. Hemos abierto una nueva página, y la gente siria tiene ahora el poder de cambiar su futuro. Turquía no abandonó a sus hermanos sirios, y continuaremos apoyando en el periodo que viene”, dijo Erdogan en una declaración conjunta con Al Sharaa, tras tres horas de reunión.
Según varias fuentes anónimas citadas por la agencia de noticias internacional Reuters, Al Sharaa y Erdogan discutieron sobre varios pactos militares y de defensa, en los que Siria permitiría a Turquía, en un futuro cercano, establecer dos bases militares aéreas en el centro del país.
Turquía, país miembro de la OTAN desde la década de 1950, se encargaría además de la formación y entrenamiento del nuevo Ejército sirio, formado a través de las estructuras ya disueltas de las varias milicias mercenarias y yihadistas que operan en el territorio.
Según las fuentes anónimas citadas por Reuters, Turquía aceptaría controlar el espacio aéreo sirio a cambio de poder usarlo para sus fines militares. Erdogan, quien desempolvó la alfombra azul para recibir a su homólogo sirio -un ex líder del grupo terrorista Al Qaeda-, incluyó en su plan de seguridad la construcción de dos bases aéreas para sus Fuerzas Armadas en la vasta región desértica de Siria, conocida como Al Badiya, y desplegar allí cazas F-16.
Hasta la fecha, en Siria tan solo tres países tenían bases y presencia militar: Estados Unidos, Rusia e Irán. Teherán, junto con sus milicias aliadas y Hizbulá, fue expulsado ante la caída de Asad, y Moscú, a pesar de que mantiene aún sus bases del Tartús y Hmeimim, en la costa siria, está reduciendo su personal y presencia en el lugar, mientras ve cómo la nueva administración siria empuja a Moscú a marcharse.
En la actualidad, Turquía sostiene bombardeos contínuos contra las regiones del noreste sirio, una zona declarada autónoma por las fuerzas de autodefensa y civiles kurdas. Una mayor presencia y control militar turco en Siria permitiría a Ankara redoblar sus planes de invasión y presión contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), conformadas por árabes, kurdos, armenios, asirios y otras nacionalidades.
Al mismo tiempo, Damasco y las FDS están buscando llegar a un acuerdo en el plano militar, ya que la administración de Al Sharaa intenta conformar un ejército único.
En declaraciones públicas antes de arribar a Ankara, el “presidente interino” de Siria aseguró que “hay negociaciones con las Fuerzas Democráticas Sirias para resolver el estatus del noreste de Siria, pero prefiero no revelar detalles porque algunos países no quieren que estas conversaciones tengan éxito”.
Los observadores indicaron que cualquier posible acuerdo entre Siria y Turquía podría redefinir las alianzas en Medio Oriente, con los estados árabes del Golfo, Irán e Israel evaluando las implicaciones del rol ampliado de Ankara.
FUENTE: Kurdistán América Latina