“La nueva Constitución no puede ser aceptada por el pueblo de Siria porque se ha redactado desde una perspectiva centralizada, unilateral e islámica”, declara Nourshan Hussein, Copresidenta del Consejo Diplomático de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), mayoritariamente kurda, a Diario Red. Es una de las impulsoras de la conferencia de unificación del pueblo kurdo celebrada en la ciudad de Qamishlo el último fin de semana de abril, a la que han sido invitadas todas las facciones kurdas del país. Una delegación presentará el posicionamiento conjunto alcanzado al nuevo presidente Ahmed al Sharaa para expresar la invalidez de un gobierno que no representa al pueblo sirio.
Han pasado dos meses desde que, de manera inesperada, se publicara la imagen de Al Sharaa dándose la mano con Mazloum Abdi, comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), las principales fuerzas armadas kurdo-árabes. Anunciaban así la firma, con la mediación estadounidense, de un acuerdo histórico entre el nuevo gobierno central sirio, instaurado tras la caída de Bashar Al Asad, y las milicias de la AANES, la administración que rige de facto el territorio del norte y el este de Siria desde hace más de una década. El texto no concretaba a lo largo de sus seis puntos cuál sería el futuro de la autonomía pionera en democracia directa y libertad para las mujeres, pero sí dejaba clara la unidad de sus combatientes y la integración de las instituciones kurdas en el gobierno central. Los puntos clave que necesitaba una Siria fragmentada.
Solo cinco días después, Al Sharaa anunciaba una nueva Constitución en la que se recogía la jurisprudencia islámica como “la principal fuente” de legislación. Cualquier duda que el acuerdo preliminar con las fuerzas kurdas dejara en el aire acerca de la viabilidad de la independencia y garantía de los derechos kurdos en el nuevo escenario sirio, quedaba clarificada. La concentración de poderes en la figura del nuevo presidente y la prevalencia de la jurisprudencia islámica como la principal fuente de legislación anula cualquier apuesta por una Siria descentralizada. El complejo sistema de democracia directa y representación paritaria entre géneros y minorías diseñado por el pueblo kurdo no tiene cabida. La nueva Constitución era recibida con protestas y manifestaciones en las principales ciudades bajo el control del pueblo kurdo.
Mientras la nueva Constitución era celebrada internacionalmente y el nuevo ministro de Asuntos Exteriores la defendía frente al Consejo de Seguridad de la ONU el último fin de semana de abril, el pueblo kurdo organizaba en paralelo un encuentro que permitiera una postura diplomática unificada. Nourshan Hussein fue una de las impulsoras de la conferencia “Unidad de Rango y Posición Kurda en el Kurdistán de Rojava”, organizada en la ciudad de Qamishlo para este fin. “El objetivo es formar una posición unida, continuar la base del acuerdo para garantizar los derechos kurdos en la Constitución siria alcanzado entre Al Sharaa y el comandante de las FDS, Mazloum Abdi, y lograr el apoyo de las fuerzas kurdas de otras partes del Kurdistán”, ha declarado Hussein en una entrevista con Diario Red. Fruto de este encuentro nace el documento “Visión Política Conjunta”, que el pueblo kurdo enviará en una única delegación de diálogo a Damasco.
El encuentro no ha sido bien recibido por parte del gobierno central sirio. “Creemos que la postura de Al Sharaa hacia nuestra conferencia no fue la apropiada -afirma Hussein-. La declaración final no dice que queramos dividir Siria o construir nuestro propio Estado, sino todo lo contrario”. El proyecto revolucionario kurdo, construido sobre la base de las ideas del Confederalismo Democrático desarrolladas por el pensador Abdullah Öchalan, no apuesta por la creación de un Estado propio, sino la defensa de una autonomía dentro de una nación. Un proyecto que el pueblo kurdo ha intentado desarrollar en todos los países en los que tiene presencia, como Turquía, Irán o Irak, pero que solo ha logrado a gran escala en el Kurdistán sirio. “La AANES jamás ha mencionado la división de Siria en estos catorce años de revolución, en ninguna declaración, propuesta o estatuto”, denuncia Hussein.
El documento que la delegación kurda unificada presentará frente Al Sharaa constituye, casi punto por punto, una negación de las ideas desarrolladas en la nueva Constitución siria. Frente a la concentración de poderes en la figura del presidente, el pueblo kurdo propone la incorporación al sistema bicameral de una serie de “consejos regionales dentro de un marco descentralizado”. Frente a la centralización, la “distribución justa de la autoridad y la riqueza entre el centro y las regiones”. Frente a la instauración de la jurisprudencia islámica como principal fuente de legislación, la “neutralidad respecto a religiones y creencias”. Además, la postura kurda exige la garantía de la igualdad de género y la representación de las mujeres en todas las instituciones.
Por último, la delegación kurda exigirá a Damasco la “formación de una asamblea constitucional bajo patrocinio internacional, que incluya representantes de todos los componentes sirios, para elaborar principios democráticos y formar un gobierno que represente a todos los espectros sirios”. Con estas palabras, el pueblo kurdo declara su falta de reconocimiento a un gobierno creado en base a una Constitución redactada de manera unilateral. Evin Sweid, copresidenta del Consejo Ejecutivo de la AANES, resume ante Diario Red su coincidencia con esta postura. “El sistema centralizado traerá más destrucción y exclusión -afirma-. La solución que está en consonancia con la riqueza cultural y étnica en Siria es un sistema democrático descentralizado”.
El anuncio de la nueva Constitución y el posicionamiento contrario a ella del pueblo kurdo coinciden con un momento histórico para Siria: la retirada de las sanciones y las tropas estadounidenses. La gira de esta semana de Donald Trump por Medio Oriente ha terminado de acercar posiciones con el mandatario Al Sharaa, a quien ha calificado de “atractivo y un tipo duro”. El movimiento iniciado por El Pentágono para reducir de dos mil efectivos a menos de mil su presencia en Siria ejemplifica la voluntad del Ejecutivo estadounidense de virar la atención de su fuerza armada hacia otras regiones del mundo. Pero las bases militares estadounidenses en Siria se concentraban en las regiones del noreste y sureste del país, donde apoyaban a las fuerzas kurdo-árabes. “La retirada de Estados Unidos afectará a los equilibrios políticos en la región y aumentará las actividades de las células durmientes del Estado Islámico, que ya se han incrementado tras la caída del régimen anterior”, afirma Sweid.
El documento “Visión Política Conjunta” que la delegación kurda presentará frente a Al Sharaa cuenta con una segunda parte dedicada exclusivamente al contexto nacional kurdo. Cada uno de sus puntos constituye un recuerdo de la realidad a la que el pueblo kurdo no quiere ni puede volver. El derecho a ejercer libre e igualitariamente sus derechos políticos, culturales y administrativos. Honrar los sacrificios de los mártires de la revolución siria. Establecer centros y administraciones relacionados con la lengua, el patrimonio histórico y la cultura kurda. Garantizar la participación kurda en las instituciones. Abolir todas las políticas, procedimientos y leyes excepcionales aplicadas contra los kurdos. “La AANES ha sido capaz de superar muchos obstáculos y dificultades en los últimos años y ha adquirido mucha experiencia -finaliza Sweid-. Intentará ser pionera en la construcción de una Siria plural, democrática y descentralizada”.
FUENTE: Beatriz Castañeda Aller / Diario Red