¿Por qué la gente en la provincia iraní de Kurdistán protesta contra la industria minera?

Miles de millones de dólares en oro se extraen de la provincia de Kurdistán en Irán, pero los ingresos se canalizan al presupuesto estatal central, y solo una fracción del 15% exigido por ley regresa a la región. Con tasas de desempleo cercanas al 13,7% y riesgos ambientales en aumento, la indignación crece, especialmente en Saqqez, donde un manifestante fue asesinado recientemente en medio de disturbios por la mina de Qolqoleh.

El lunes 14 de septiembre por la noche, Mohammad Rashidi, de 23 años, fue asesinado a tiros durante una manifestación organizada por residentes de las aldeas de Pir Omaran y Karrawyan, cerca de Saqqez, contra las actividades de extracción de oro alrededor de Qolqoleh. Otros cuatro manifestantes, Mohammad Amin, Hemin Rashidi, Ramyar Rashidi y Adel Rashidi, resultaron heridos por las fuerzas de seguridad iraníes.

Como este incidente coincidió con el tercer aniversario del levantamiento “Jin, Jiyan, Azadî”, en medio de las preocupaciones del Estado sobre una posible reanudación de las protestas, las autoridades de seguridad iraníes trasladaron a los heridos a un hospital en Bana (Baneh), lejos de Saqqez.

Un día después del incidente, en declaraciones a medios de comunicación nacionales, el principal funcionario judicial de la provincia de Kurdistán dijo que el caso se había presentado ante la fiscalía de Saqqez. Si bien las autoridades no han explicado el motivo de la concentración de los manifestantes en la mina, The Amargi habló con fuentes locales y pudo confirmar que se debieron a planes ilegales para construir una carretera a través de las tierras de cultivo, lo que causaría daños ecológicos como resultado de las actividades de extracción de oro. Tras un breve enfrentamiento con los manifestantes, Ata Askari, uno de los guardias de la mina, abrió fuego contra ellos, lo que provocó la muerte de Mohammad Rashidi.

La familia de Rashidi fue recibida de inmediato en el hospital de Bana por un representante parlamentario de Saqqez. Estaba acompañado por el gobernador de la ciudad, quien se comprometió a atender las preocupaciones de la familia Rashidi y pidió paciencia.

Dos semanas después, en un discurso en la sesión del Parlamento iraní, el representante de Saqqez expresó su preocupación por el funcionamiento de la mina y pidió una evaluación de los efectos ecológicos y sobre la salud de la población local.

Seis años de continuas protestas ambientales y sociales

El reciente incidente se considera un ejemplo notable de los conflictos en curso entre las poblaciones locales y los proyectos mineros en las provincias de Kurdistán y Azerbaiyán Occidental en Irán. Desde que comenzó en enero de 2018, el proyecto de la mina Qolqoleh ha provocado continuamente protestas debido a sus dañinos impactos ecológicos y sociales. Los derechos de operación de la mina, ubicada a 35 kilómetros al suroeste de Saqqez, están en manos de Kurdistan Gold Mines Development Company. Desde el principio, el sitio planificado para la planta de procesamiento generó controversia. Al principio, se estableció un plan para construir una fábrica aguas arriba de la estación de agua potable de Saqqez, la presa Cheraghwais. Las autoridades se vieron obligadas a trasladar la fábrica aguas abajo de la presa después de la oposición de la sociedad civil, el Departamento de Medio Ambiente y la compañía regional de agua.

En los últimos años, varias campañas públicas han exigido el fin de las operaciones mineras. Más de 18.000 personas firmaron una petición en línea solicitando el cierre de la mina Qolqoleh, advirtiendo que un proyecto de este tipo, al igual que las minas Zarshouran y Agh-Dareh en Azerbaiyán Occidental, pone en riesgo el agua y el suelo de la región por la contaminación de metales pesados.

Los funcionarios del gobierno provincial, con base en el artículo 24 de la Ley de Minería, no han obtenido ningún permiso para las operaciones mineras, también emitieron permisos de exploración y extracción para la mina Qolqoleh sin autorización de la oficina provincial de recursos naturales de Kurdistán, lo cual es un requisito según el artículo 24 de la Ley de Minería.

Kurdistán posee la mayor parte del oro de Irán, pero obtiene pocos beneficios

Kurdistán es rico en minerales como oro y hierro. Es una importante región agrícola, con más de 660.000 hectáreas de campos de trigo, que representan casi el 10% de la producción total de trigo de Irán.

A pesar de sus recursos, la provincia se encuentra rezagada en materia de desarrollo. Su Índice de Desarrollo fue de 0,728 en 2022, inferior a la media nacional, y el desempleo se situó en el 13,7 % en 2023, el segundo más alto del oeste de Irán y casi el doble de la tasa nacional del 7,8 %.

Estimaciones geológicas indican que la mina Qolqoleh contiene 25 millones de toneladas de mineral de oro, con un promedio de 1,2 gramos por tonelada. Esta cantidad equivale a 30 toneladas de oro, con un valor de varios miles de millones de dólares al precio actual. La mina Sarigoni, otra mina cercana ubicada en la ciudad de Qorwa (Qorveh), contiene 41 millones de toneladas de mineral de oro, con un potencial de producción de 40 toneladas de oro. Aproximadamente seis toneladas de la capacidad total de producción de Irán, de 7,5 toneladas de oro, provienen de estas dos minas de oro en Kurdistán y otras minas de oro en Azerbaiyán Occidental.

Kurdistán se considera un importante centro de producción de oro en Irán; sin embargo, ni la población local ni la región se benefician de la riqueza generada por la extracción de oro. La Ley Minera iraní exige que el gobierno devuelva el 15% de las ganancias de la producción a las provincias donde operan las minas para destinarlas a infraestructura e indemnizaciones por daños. Sin embargo, informes oficiales indican que las ganancias devueltas a Kurdistán son inferiores a la parte legalmente prevista. En los últimos años, solo se ha devuelto una pequeña parte de las ganancias legalmente aprobadas. Además, los ingresos generados por la producción minera no regresan a las provincias donde se ubican las minas. En su mayoría, fluyen al Tesoro Central del gobierno o al Banco Central. Como resultado, las regiones donde la gente sufre las consecuencias de la extracción de recursos no obtienen beneficios económicos significativos. Por el contrario, los complejos procesos químicos en la producción de oro (como el uso de cianuro y mercurio) provocan graves daños al suelo, los recursos hídricos y los ecosistemas locales.

En una conferencia a la que asistió el ministro de Trabajo del país, el representante parlamentario de Qorwa y Dewilan (Dehgolan), Rasoul Sheikhizadeh, culpó al gobierno por no proporcionar inversiones a Kurdistán.

Sheikhizadeh afirmó que si tales recursos existieran en otras provincias se aprovecharían plenamente para beneficio de la población: “Kurdistán posee el 50% del oro del país, pero este acaba en lugares como Kazajistán”. También destacó las altas tasas de desempleo y la mano de obra migrante: “Mientras tanto, más de 10.000 trabajadores del Kurdistán trabajan en los mercados de frutas y verduras de Teherán con contratos injustos. Es una vergüenza que nuestros jóvenes abandonen sus hogares para trabajar en Teherán, mientras se extrae oro justo debajo de sus pies”.

Además, demandó inversiones en el sector minero y agrícola para mantener el valor agregado en la provincia.

FUENTE: Ammar Goli / The Amargi / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

viernes, octubre 10th, 2025