La propuesta de paz kurda exige apoyo global para reformar Turquía

La decisión del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) de disolver sus estructuras, dada a conocer el 12 de mayo pasado, e impulsada por el llamado a la paz del líder kurdo Abdullah Öcalan, atrajo la atención mundial. 

Nilüfer Koç, del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK), y el analista político Kamal Chomani, coincidieron que Europa y los actores regionales deben apoyar las demandas democráticas kurdas y presionar a Turquía para que ponga fin a las operaciones militares.

Koç advirtió contra la interpretación errónea de las actuales negociaciones, advirtiendo que el Estado turco y el movimiento político kurdo no participan actualmente en un proceso de paz estructurado similar a los observados en Colombia o Filipinas. En cambio, argumentó, lo que se está desarrollando es una iniciativa democrática unilateral de Öcalan, el fundador del PKK encarcelado, destinada a sentar las bases para la paz mediante reformas estructurales en Turquía.

“Sin democracia, no habrá paz”, afirmó Koç. “La cuestión kurda no es solo una cuestión étnica: es la base de la centenaria y antidemocrática estructura estatal de Turquía”, aseveró.

Koç criticó la forma en que Ankara enmarca la cuestión kurda como un asunto puramente interno, criticando las operaciones militares turcas en el norte de Irak (Kurdistán del Sur o Bashur) y el norte de Siria (Kurdistán Occidental o Rojava). La integrante del KCK dijo que son evidencias de que el conflicto tiene un alcance regional. También argumentó que la negativa a aceptar la mediación de terceros países indica el deseo de Turquía de mantener el statu quo, incluso mientras se enfrenta a un creciente aislamiento en Medio Oriente.

“La estrategia de negación de Turquía tiene implicaciones no solo regionales, sino globales”, afirmó. “Los kurdos han impedido la expansión del neootomanismo turco en Irak y Siria, y ahora ofrecen la paz. Esta vez, el mundo no debe permanecer en silencio”, manifestó.

Koç enfatizó que Turquía está sujeta a sus compromisos internacionales como miembro de la OTAN, las Naciones Unidas y el Consejo de Europa, y como candidata a la adhesión a la Unión Europea, a pesar del rechazo de Ankara a la mediación internacional. Instó a los gobiernos europeos, especialmente a los de Alemania, Francia y el Reino Unido, a reconsiderar su apoyo militar y diplomático a Ankara, el cual, según ella, ha contribuido a la represión de los derechos kurdos.

“La cuestión kurda no es solo creación de Turquía -añadió-. “También es producto de los acuerdos coloniales europeos. Ahora Europa debe decidir si apoya el militarismo o una solución democrática”.

Koç hizo un llamamiento a una mayor movilización popular en Europa para presionar a los gobiernos a fin de que detengan las ventas de armas a Turquía y apoyen las demandas kurdas de transformación democrática, justicia ecológica y liberación de las mujeres.

En cuanto a lo relacionado con Irak, Chomani describió el posible impacto de la disolución formal del PKK en la región de Bashur, en la cual Turquía mantiene bases militares, alegando atacar al PKK. El investigador indicó que el fin de la lucha armada debería eliminar el pretexto de Ankara para su presencia en Bashur.

“La retirada de las fuerzas turcas podría estabilizar la región y mejorar los lazos entre el gobierno regional kurdo y Bagdad”, dijo Chomani.

Además, remarcó la existencia de tensiones intrakurdas, en particular entre el PKK y el Partido Democrático de Kurdistán (PDK), que, según describió, está cada vez más alineado con los intereses turcos. Sugirió que la disolución del PKK podría reducir el riesgo de conflicto entre facciones kurdas rivales y fortalecer las corrientes políticas más progresistas en la región de Kurdistán.

“Las ideas del PKK han cautivado a los progresistas de todo Kurdistán. Ahora existe la oportunidad de construir una cooperación kurda transnacional basada en valores democráticos compartidos”, afirmó Chomani.

El investigador argumentó que la iniciativa de paz podría ayudar a disipar tensiones más amplias, incluso entre las comunidades de la diáspora kurda en Europa y también en una Siria devastada por la guerra, donde las operaciones militares turcas continúan bajo la justificación de contrarrestar la influencia del PKK.

“Rojava es un asunto sirio, no turco”, señaló. “La presencia de Turquía en el norte de Siria es una ocupación, y con el retroceso del PKK, ya no tiene justificación”, expresó.

La representante del KCK y Chomani coincidieron en que la carga sobre el futuro recae ahora sobre Turquía y que los actores internacionales y regionales deben intensificar sus esfuerzos si no se quiere perder la oportunidad de un avance histórico.

FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

lunes, mayo 19th, 2025