Dicle Anter, el hijo del escritor kurdo Musa Anter, reflexiona al cumplirse 32 años de la desaparición de su padre y de la violencia política sin resolver en Turquía.
En una época, el difunto Mehmet Ali Birand tenía un programa llamado 32 Gün. En la pantalla se transmitían temas de actualidad, incluidos asesinatos sin resolver, las acciones de Hezbolá* y muchos otros incidentes que se compartían con el público. Este año se cumple el 32 aniversario del asesinato de mi padre a manos del Estado. Todo sigue siendo actual; de hecho, las cosas que se discutieron entonces ya no se pueden discutir hoy.
En el caso del asesinato de Musa Anter, hemos sido testigos de su encubrimiento. El autor es conocido, porque ya ha prescrito. El caso aún no está cerrado, pero en el tiempo transcurrido, ya que los hechos conocidos todavía no han salido a la luz, hemos sido testigos de que nada ha cambiado en nombre de la democracia desde entonces hasta ahora. Durante la vida de mi padre, aparte de los años que pasó en prisión, los procesos contra él continuaron. Cuando falleció, estos procesos seguían en curso. Se presentaron demandas contra él por las opiniones que expresó, exigiendo una vida libre. Nació kurdo y siempre defendió su derecho a utilizar su lengua materna y vivir esta identidad. En su discurso de defensa en uno de los juicios, dijo: “Señoría, no elegí ser kurdo. Si tiene el poder, interrogue a quien me creó como kurdo”, expresando la justicia fundamental de su posición.
Los que decían que los kurdos venían de “kart-kurt”** y los llamaban “turcos de las montañas” para negarlos como pueblo, se equivocaron al pensar que este problema terminaría con la vida de mi padre. Incluso ahora, no admiten que se equivocaron. Turquía se llenó de gente grandilocuente y de mente estrecha, que vagaban por ahí fingiendo ser intelectuales, profesores con títulos, diputados que no representan al pueblo, ministros que no saben hacia dónde miran y aquellos que, cuando llega la época de las elecciones, aprenden dos o tres palabras en kurdo para hablar por los votos, pero luego continúan negando al pueblo y la lengua kurdos.
A lo largo de la historia de la prensa kurda, la opresión ha sido constante en todas las regiones de Kurdistán y se sostiene hasta hoy. Mi padre sufrió estas presiones en su máxima expresión. No pudieron con él y al final lo mataron. Tenían mucho miedo de su testimonio, de sus discursos como acusado y de sus acusaciones. Llevaba consigo medio siglo de memoria y ese recuerdo aterrorizó a todos los gobiernos de su tiempo. Desde su muerte, sus sucesores no han dejado caer la pluma ni se han doblegado ante la presión política. Una mentalidad que se niega a ver o aceptar la verdad ha ido aún más lejos, utilizando el aparato político para aumentar la presión día a día. Los trabajadores de la prensa libre kurda se enfrentan a enormes dificultades cuando buscan la verdad. Demuestran una gran dedicación, arriesgando sus vidas para difundir noticias.
Recientemente, dos periodistas fueron asesinadas por un dron turco en Sulaymaniyah (Silêmanî), en el Kurdistán iraquí. El poco periodismo independiente que queda también está siendo objeto de destrucción. En el pasado, el Consejo de Seguridad Nacional (MGK, por sus siglas originales) dictaba lo que debían escribir los periodistas; hoy, estas reuniones están dirigidas por la Dirección Presidencial de Comunicaciones.
Hace años, en una carta que le escribí a mi padre [después de su muerte], le dije: “Aquí nada ha cambiado”. Hoy, lo que ha cambiado es que los males han aumentado y la religión y el racismo están mucho más arraigados en la sociedad. El país se ha convertido en un lugar donde los asesinos, los corruptos, los mentirosos, la mafia y los ladrones campan a sus anchas. Lamentablemente, a este ritmo, parece muy difícil que el Estado turco cambie. Nos esperan días mucho más difíciles.
Durante años, todos nosotros, incluido mi padre, hemos vivido la experiencia de que los gobiernos retratan a los kurdos como enemigos de su propio pueblo, y todavía lo estamos viviendo. En ese caso, ¿no significa que los kurdos necesitamos un cambio para nuestra unidad? Mi padre tenía un hermoso dicho, dirigido a aquellos [kurdos] que constantemente quieren desacreditar a los demás: “Quienquiera entre los kurdos que haga algo bueno por el pueblo kurdo, respétenlo y apóyenlo”.
Notas:
*Grupo terrorista turco, sin vínculo con la organización político-militar libanesa.
**“Kart-kurt” se refiere a un término utilizado para negar la existencia de los kurdos, afirmando que la palabra “kurdo” proviene del sonido que hacen las pisadas sobre la nieve en las regiones montañosas.
FUENTE: Dicle Anter / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina