El pueblo kurdo, cuya identidad, lengua y cultura han sido negadas durante siglos, continúa su resistencia a pesar de las políticas de asimilación. En Rojava (Kurdistán sirio), donde estas políticas se sintieron con mayor intensidad durante el régimen del partido Baaz, los libros kurdos fueron prohibidos y quemados durante años, mientras el Estado buscaba romper el vínculo del pueblo con su propia historia.
Pero la Revolución de Rojava marcó un punto de inflexión. Basada en los principios de la liberación de la mujer y de una sociedad democrática, también abrió el camino al renacimiento cultural del pueblo kurdo.
Un hito clave en este renacimiento fue la creación de la biblioteca Şilêr. El 4 de septiembre de 2025, la Unión de Escritores del Norte y Este de Siria (UENES) inauguró el café y biblioteca Şilêr dentro del Centro de Literatura del Norte y Este de Siria, ubicado en el barrio Siyahi, en Qamishlo, en el cantón de Jazira (Cizîrê).
En la actualidad, la biblioteca alberga 7500 libros en varios idiomas, incluyendo obras del líder kurdo encarcelado Abdullah Öcalan. Entre ellos, 765 libros están en kurdo, 70 en idiomas extranjeros y 7095 en árabe. Las obras abarcan diversas categorías, incluyendo literatura infantil, novelas, cuentos, historia, folclore, poesía, estudios de mujeres, arte, política, filosofía, psicología, derecho, sociología, ciencia y medicina.
Además, la recientemente creada editorial Şilêr publicó hasta ahora 870 libros en kurdo, árabe y turco, contribuyendo al paisaje literario multilingüe de la región.
Fidan Muhammed, miembro de la junta administrativa de la biblioteca y café Şilêr, habló con la agencia de noticias ANF sobre el proceso de creación del espacio. “La biblioteca alberga libros en todos los idiomas. Nuestro objetivo es cultivar una cultura de lectura dentro de la sociedad, especialmente entre los jóvenes, y hacer de la lectura una parte natural de la vida cotidiana. La biblioteca es un espacio donde las personas pueden concentrarse en silencio y conectarse con el conocimiento”.
A su vez, el café Şilêr también funciona como un lugar donde los y las lectoras pueden participar en discusiones y actividades intelectuales. De esta manera, la biblioteca se convirtió no solo en un espacio de lectura, sino también en un centro de intercambio cultural y de compartir ideas.
Muhammed señaló que en la biblioteca, “en nuestro rincón infantil, solo hay libros y cuentos para niños. Los maestros a menudo vienen a tomar libros prestados para sus alumnos”.
Aunque recién inaugurada, la biblioteca y el café Şilêr despertaron un gran entusiasmo entre la población de Qamishlo. Desde estudiantes hasta escritores, y desde maestros hasta intelectuales, personas de todos los sectores visitan el lugar.
Muhammed afirmó que “incluso durante la fase de preparación, los estudiantes visitaban la biblioteca con curiosidad. Hoy, la biblioteca Şilêr se ha convertido en un punto de encuentro donde diferentes culturas se encuentran y las personas conocen las culturas de los demás”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina