A medida que se profundiza la represión sistemática y las violaciones de derechos de las mujeres en Irán, estas continúan oponiendo una fuerte resistencia, exigiendo libertad. Aunque el régimen iraní intenta reprimir los esfuerzos de organización y las demandas sociales de las mujeres, los movimientos que las representan están expandiendo su lucha por una sociedad democrática con el lema “Jin, Jiyan, Azadî” (Mujer, Vida, Libertad). Mientras tanto, la guerra que comenzó entre Israel e Irán el 13 de junio pasado resultó rápidamente en un alto el fuego temporal. La guerra generó una compleja crisis que ha afectado profundamente la vida del pueblo iraní y, en particular, de las mujeres.
Rûken Nexede, integrante del Consejo Ejecutivo de la Comunidad de Mujeres Libres del Kurdistán Oriental (KJAR), habló con la agencia de noticias Mezopotamya (MA) sobre la actual guerra, la represión interna del régimen iraní y la lucha que libran las mujeres.
Nexede afirmó que la guerra en la región no ha terminado, sino que entró en una nueva fase en la que los pueblos experimentan un profundo dolor. Al enfatizar que el proyecto de transformación regional de las potencias hegemónicas hace inevitable un cambio importante también en Irán, la dirigenta explicó que “la Tercera Guerra Mundial, que comenzó con ataques contra la República Islámica, ha entrado en una nueva fase”.
“La destrucción y el sufrimiento causados por la guerra a la sociedad y la naturaleza aún no se han visto en su totalidad -detalló-. La guerra está dirigida por múltiples partes y se lleva a cabo mediante diversos métodos. Por un lado, es una guerra tecnológicamente intensa. Por otro, se dirige a las emociones más profundas de la gente mediante tácticas de guerra especiales”.
La integrante de la KJAR expresó que “algunas fuerzas quieren poner fin a esta guerra obligando al Estado a rendirse, mientras que otras intentan atraer a la gente a su bando. Pero cuando la gente se ve impotente, estos esfuerzos fracasan”.
Nexede denunció que “las atrocidades del régimen (iraní), la tortura, la pobreza, las ejecuciones, el asesinato de kolbars (transportistas transfronterizos) y contrabandistas, han generado un profundo odio entre la población”.
“Al hablar de los efectos de esta guerra, también debemos evaluar todas las formas de opresión a las que se ve sometida la población -analizó-. La población ha vivido en condiciones de guerra durante mucho tiempo y, en particular, se enfrenta a un grave colapso económico. Hoy, esa destrucción no ha hecho más que agravarse”.
La representante de la KJAR señaló que “el pueblo está haciendo grandes esfuerzos para imponer su voluntad. Mientras el Estado intenta transmitir el mensaje de ‘seguimos siendo fuertes, no hemos sido derrotados’, al mismo tiempo intensifica la represión interna para intimidar a la sociedad. El principal objetivo de estos mensajes son los movimientos kurdos”. Nexede recordó que el PJAK (Partido por la Vida Libre de Kurdistán) lleva veintiún años luchando por una sociedad democrática en Irán y el Kurdistán Oriental (Rojhilat), mientras que el Estado teme la voluntad popular liderada por el PJAK y utiliza todos los medios para reprimirla.
La integrante de la KJAR indicó que el pueblo baluche es otro objetivo principal del régimen, que lo considera una fuerza de oposición, por lo cual muchos jóvenes baluches han sido ejecutados.
“Los arrestos se han convertido en una toma de rehenes política. El régimen intenta intimidar a la gente con sus viejos métodos, pero ahora se dan cuenta de que estas tácticas ya no pueden silenciar a la opinión pública. Incluso dentro del régimen, se ha iniciado un ciclo de repetición”, remarcó.
Nexede dijo que las mujeres en Irán no apoyan la guerra y que en los últimos tres años, ellas se oponen firmemente al Estado bajo el lema “Jin, Jiyan, Azadî”. “Las mujeres han arriesgado sus vidas, asumiendo todo tipo de riesgos por el futuro de sus hijos e hijas. Resisten por una vida libre. La resistencia de las mujeres kurdas en Irán ha sensibilizado a todas las mujeres. Las mujeres kurdas, organizadas a través de la KJAR, han construido su propio sistema contra el régimen. Con una mentalidad de libertad, se defendieron en Irán y el Kurdistán Oriental y lograron avances significativos”, sentenció.
Nexede destacó que “las mujeres kurdas en Irán han inspirado al mundo con sus pensamientos y conocimientos, y esto se ha convertido en una importante fuente de temor para los gobernantes, ya que el sistema exige obediencia de las mujeres”.
“Las ideologías religiosas, cientificistas, nacionalistas y patriarcales han ignorado a las mujeres -afirmó-. En cambio, la KJAR se ha basado en la Jineoloji, la ciencia de las mujeres, y las ha preparado para la lucha por la libertad. La filosofía de ‘Jin, Jiyan, Azadî’ tiene sus raíces en el paradigma del líder Abdullah Öcalan y se basa en tres principios fundamentales: la libertad de las mujeres, la democratización de la sociedad y la ecología. Cuando las mujeres se liberan, surgen individuos libres. Una vez establecida la unidad entre mujeres y hombres, se puede construir una sociedad democrática y en armonía con la naturaleza”.
Rûken Nexede enfatizó que los pueblos de Irán trabajan de la mano con las mujeres kurdas para construir una vida de libertad: “Todos han visto ahora que ‘Jin, Jiyan, Azadî’ no es solo un eslogan. Es la fuente de la transformación, la resistencia y la fe. A través de esta filosofía, mujeres y hombres se conocen a sí mismos, el bien se separa del mal, las relaciones se clarifican y la lucha por una vida libre se fortalece”.
La representante de la KJAR remarcó que “el verdadero camino hacia la solución reside en el pensamiento y la filosofía del líder Öcalan. Cualquiera que se una en torno a la idea del libre pensamiento puede alcanzar el éxito. La valentía, la voluntad y la sabiduría de las mujeres impulsarán a la sociedad. La revolución ‘Jin, Jiyan, Azadî’ involucra a toda la vida. Cuando las mujeres descubren su verdad, se convierte en un descubrimiento de la verdad para toda la humanidad. Toda mujer que se organiza se convierte en pionera de la sociedad democrática. Frente a la fragmentación, la soledad, la pobreza y la crisis, las mujeres son la fuerza de la resolución. La verdadera solución reside en el pensamiento y la filosofía del líder Öcalan, y todos los que se unan en torno al libre pensamiento alcanzarán el éxito”.
FUENTE: Zeynep Durgut / Mezopotamya / ANF / Edición: Kurdistán América Latina