Los kurdos en el centro de una lucha de poder geopolítico

Acuerdos dudosos

El supuesto acuerdo entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y Hay’at Tahrir al Sham (HTS), liderada por Abu Mohamad al Jolani, podría otorgar legitimidad internacional al líder salafista, pero los kurdos recibirían a cambio poco más que concesiones simbólicas. A pesar de este supuesto acercamiento, la realidad política permanece inalterada: las estructuras administrativas y de poder en algunas zonas el norte de Siria están firmemente en manos de círculos islamistas o proturcos.

Hasta la fecha, no se ha nombrado a ningún ministro, gobernador, ni siquiera un alcalde kurdo. Sigue sin haber una reforma constitucional, mientras que, al mismo tiempo, se nombran a diario personas cercanas a Turquía para altos cargos. La participación kurda sigue siendo puramente retórica.

La visión otomana como distracción ante el colapso interno

La agresiva política de Ankara en Siria no puede entenderse al margen de su contexto interno. Turquía está sumida en una profunda crisis económica: la lira está cayendo, la inflación está aumentando y el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) sufrió pérdidas masivas en las últimas elecciones municipales. El presidente Recep Tayyip Erdogan y su círculo están utilizando la carta siria para encubrir los fracasos internos.

El artífice de esta línea de política exterior es el canciller Hakan Fidan, un estratega con una clara visión otomana. Su objetivo: transformar Siria, a largo plazo, en una esfera de influencia neootomana, donde la existencia kurda sea tolerada culturalmente, pero eliminada política y militarmente.

Recursos económicos para Jolani

Mientras tanto, la presa de Tishreen, en el río Éufrates, se está convirtiendo en un centro estratégico. Tras la retirada de Estados Unidos del yacimiento petrolífero de Koniko y el establecimiento de una base cerca de la presa, los ejes del poder económico están cambiando. Al Jolani, quien depende de los recursos para consolidar su poder, podría beneficiarse significativamente de esto, a expensas de los kurdos y las FDS.

¿Un nuevo teatro de guerra?

La presencia estadounidense en la presa de Tishreen podría ser más que una simple reestructuración: podría sentar las bases para una nueva confrontación, esta vez entre milicias chiítas (como el grupo iraquí Hashd al Shaabi) y fuerzas suníes bajo el liderazgo de Al Jolani. Un escenario que no solo podría reactivar la intervención iraní en Siria, sino también socavar deliberadamente los intereses turcos. Los kurdos, una vez más, permanecen al margen.

¿Una ruta de escape al aislamiento?

A la luz del bloqueo en el norte, surge otra pregunta: ¿pueden los kurdos orientarse hacia la costa mediterránea siria, hacia los alauitas, que siguen ejerciendo influencia en Damasco y mantienen buenas relaciones con Moscú?

Ambos grupos, kurdos y alauitas, comparten el temor al islam político y a la agenda neootomana de Ankara. Una alianza táctica basada en conceptos federalistas podría beneficiar a ambas partes. Para los kurdos, el acceso al mar no solo representaría una ventaja geográfica, sino también un avance estratégico que ampliaría significativamente su libertad de acción política.

El tiempo juega en contra de los kurdos

El reloj político avanza. Mientras otros actores forjan alianzas y crean nuevas realidades, los kurdos corren el riesgo de volver a quedar marginados. El margen de acción es limitado, pero aún existe una oportunidad: un reajuste de estrategia, la construcción de nuevas alianzas y el retorno a una realpolitik centrada no en gestos simbólicos, sino en intereses concretos.

¿Hacia dónde se dirige Rojava?, es una pregunta abierta. Pero la respuesta no está en manos de otros: comienza con una decisión kurda autodeterminada.

FUENTE: Younes Behram / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

martes, abril 29th, 2025