Para este 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, la coordinación de la Comunidad de Mujeres de Kurdistán (Komalên Jinên Kurdistan, KJK), hace un llamado a la lucha común de todas las mujeres.
A continuación publicamos la declaración de la coordinación de la KJK:
Empezando con las hermanas Mirabel -por quienes se declaró el 25 de noviembre como Día por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres- hasta Rosa Luxemburgo, Sakine Cansız, Şilan Kobanê, Asya, Sêvê, Pakîze, Fatma, Evîn Goyî, Jîyan, Reyhan, Yusra, Nagehan, Zelal Haseki, Gulistan y Hêro, condenamos fuertemente el asesinato de las mujeres que resisten, y nos comprometemos a mantener el legado de lucha que nos dejaron, hasta que lleguen tiempos de libertad.
En la vida social, personas de todas las edades -niños y niñas, jóvenes, adultas y ancianas- son asesinadas, violadas y torturadas. Vivimos una realidad en que las mujeres son explotadas y ultrajadas. A veces, en la mitad de la calle o en rincones oscuros hay cuerpos de mujeres que violadas y asesinadas delante de todo el mundo; a veces sus cadáveres son encontrados en los cauces de los ríos y en aguas represadas; a veces son arrastrados por la corriente hasta las costas o enterrados bajo tierra donde nadie puede verlos. Hay cadáveres de mujeres tirados sin enterrar en cada rincón del mundo. Hay bebés violadas y brutalmente asesinadas cuando apenas han empezado su vida. Mujeres y niñas son explotadas y sus cuerpos son invadidos de una manera que trasciende la comprensión y las emociones. Todas las mujeres y niñas que han sido asesinadas y sometidas a violencia física y mental son nuestro motivo de lucha y de venganza. Como mujeres, hacernos cargo de estas masacres es una condición de vida y una causa.
La guerra en curso alrededor del mundo, en Oriente Medio y Kurdistán, ha sido la más intensa de nuestro tiempo y de todas las épocas. Con las guerras que tienen lugar en el marco de la Tercera Guerra Mundial, las crisis se agudizan en todos los aspectos. La modernidad capitalista está en un callejón sin salida y el sistema dominado por los hombres está en decadencia. En plena Tercera Guerra Mundial, la violencia contra las mujeres aumenta día a día. A menos que los movimientos de mujeres puedan librar una lucha integrada, organizada, militante y de autodefensa, la violencia en todas sus dimensiones se hará más intensa. Este callejón sin salida se hace cada vez más estrecho: desintegra a las mujeres, a la sociedad y a la naturaleza, y las debilita. Como movimientos de mujeres, contra las políticas de guerra alrededor del mundo, para nosotras se ha vuelto una necesidad vital poner en la agenda soluciones y políticas de autodefensa y paz, con más fuerza y eficacia. La violencia contra las mujeres, que impregna cada momento y cada ámbito de la vida cotidiana, tiene su origen en las guerras que son alimentadas por el poder y el nacionalismo.
Miles de mujeres y niñas han sido afectadas por la guerra que se ha estado librando en Ucrania, por la guerra que lleva más de un año en Palestina, por la que acaba de empezar en Líbano, y por las guerras civiles en países como Yemen, Sudán y Etiopía. También hay una enorme masacre de mujeres en regiones como Latinoamérica, Afganistán, India e Irán. En los países que son centro de la modernidad capitalista, los que llamamos Mundo Occidental, hay una enorme masacre de mujeres cada vez más invisible y encubierta, y es casi la continuación de la caza de brujas. Hacemos parte de estas guerras. Debemos decir: nos oponemos a esta realidad de las guerras en que la gente es asesinada, violada, desplazada, empobrecida y condenada al hambre y la enfermedad.
La violencia contra las mujeres tiene características tanto universales como locales, que se originan en la mentalidad y el sistema hegemónico masculino. Este es un crimen contra las mujeres, pero también contra la naturaleza, los niños y niñas, y toda la sociedad, pues se desarrolla de manera holística. Por eso, debemos ser capaces de entretejer nuestra lucha contra la violencia, integrando lo local y lo universal; debemos oponernos a la violencia garantizando la integridad de las mujeres, la naturaleza, los niños y niñas, y la sociedad. En este contexto, debemos intensificar nuestra lucha contra los estados, las estructuras de bandas no estatales, la masculinidad hegemónica y todo tipo de mentalidades e institucionalizaciones desarrolladas por ella, y los individuos masculinos dominantes. Vivimos en una época en que la violencia se ha convertido en algo habitual y las reacciones sociales contra la violencia se han debilitado. Los autores de miles de masacres y violaciones no responden por sus delitos. En cambio son recompensados. Estos actos entran en la agenda informativa de la prensa sensacionalista por 5 o 10 días, y luego con el tiempo se olvidan y se ocultan, y entonces otros actos similares vuelven a ocurrir pocos días después. Esto no es más que acostumbrar a la sociedad, especialmente a nosotras las mujeres, a tales actos. Por eso, es muy importante sentar nuestra postura contra el desarrollo de esta particular violencia de guerra, y contra las políticas de normalización, legitimación y fabricación de todo tipo de violencia contra las mujeres, dar el mensaje de que “nunca nos acostumbraremos a ella y nunca la olvidaremos”, y en consecuencia determinar una ruta de organización y lucha. En general, hay un estancamiento en la lucha de las mujeres en todo el mundo. Aunque se mantiene la resistencia y la organización de las mujeres de manera fragmentada, parece que han retrocedido respecto a la intensidad y el ritmo que tenían antes de la pandemia. Con la fragmentación, el sistema hegemónico intenta difundir aún más la desorganización, la desesperanza y el desánimo.
Como todos los movimientos de mujeres, debemos analizar bien este hecho y desarrollar maneras y métodos que fortalezcan aún más nuestra lucha contra el sistema masculino hegemónico. Debemos fortalecer nuestra estrategia y nuestras tácticas de lucha unidas. Una unidad de lucha en la que cada una participe con su propio color en los ataques contra el sistema masculino dominante, los estados, las tradiciones y los individuos sexistas. Debemos desarrollarnos con educación, organización y autodefensa. No importa qué nación, qué religión, qué color o raza tengamos. Debemos encontrarnos en la filosofía y la cultura de la Nación Democrática y la Modernidad Democrática, entendiendo que nuestras diferencias son nuestra riqueza. Debemos aumentar nuestro poder para luchar contra el nacionalismo, el religiosismo, el cientificismo y el sexismo, que son las principales fuentes de violencia contra las mujeres. Como movimientos de mujeres, ¿qué podemos hacer? ¿Qué pasos concretos podemos dar? ¿Qué acciones podemos realizar? ¿Qué formas de organización podemos desarrollar que sean permanentes en el ámbito de la autodefensa, que limite, disuada y, en última instancia, supere la dominación masculina? Hay una gran necesidad de consciencia y debate sobre estas cuestiones. Como mujeres, debemos romper esta guerra privada que ha profundizado el enemigo genocida y la dominación masculina. Esto requiere una organización seria y concreta sobre la base de la autodefensa.
Contra la violencia machista contra las mujeres, Jin Jiyan Azadi
Las masacres de mujeres en la región de Oriente Medio están en la mayoría de los titulares del mundo. En Occidente se da la impresión de que las mujeres son libres, como si no existiera tal problema en los países donde impera la modernidad capitalista. Al incluir a las mujeres, aparentemente, en los mecanismos de poder dominados por los hombres, se desarrolla la idea errónea de que son libres e iguales, y esto no es más que una percepción distorsionada por la masculinidad hegemónica.
Es muy importante hacer visible y exponer el verdadero rostro de la explotación de las mujeres -quienes han sido invisibilizadas y convertidas en reinas de las mercancías- y de la hegemonía masculina de la modernidad capitalista occidental. Además de entender la cara dura de la violencia, también es esencial comprender su cara blanda enmascarada, el aspecto descrito como “poder blando”. Las operaciones realizadas en el cuerpo femenino en nombre de la moda, la belleza y la estética, convierten cada parte del cuerpo femenino en una mercancía y la ponen en el mercado, restringiendo su libertad al confinarla a la sexualidad y al cuerpo, creando fragmentación mental en las mujeres, al destruir la visión que la mujer tiene de su propio cuerpo, haciendo a las mujeres más vulnerables al poder de los partidos de derecha, las guerras estatistas y el fascismo. La inclusión y la masculinización en nombre de la “voluntad” son diferentes formas de violencia en el ámbito del poder blando. También son intensas la explotación, la violación y la prostitución que sufren las mujeres que emigraron a Occidente a causa de la guerra y la pobreza en sus propios países. Uno de los problemas más graves de nuestra época es el que sufren las mujeres inmigrantes. La UE y algunos estados occidentales suavizan el concepto de violación, reduciéndolo al discurso de “abuso sexual” y camuflando así la violencia machista. De hecho, como no hay consenso sobre el concepto de violación en la legislación de la UE, hay problemas para determinar una ley común contra ella. La violación casi ha dejado de ser un delito básico.
Por otra parte, con el fortalecimiento de las tendencias fascistas y religiosas de derechas en todo el mundo, se intensifica la imposición de la “sagrada familia”. Se retrocede en los derechos que las mujeres han conquistado en muchas cuestiones, incluido el derecho al aborto, y se impone el discurso de la “sagrada maternidad” encarcelando a las mujeres dentro de la familia y el cuidado de las infancias. Las fuerzas islámicas gobiernan basándose en el discurso de la “naturaleza natural”; así legitiman todo tipo de violación, subversión y violencia según sus propios principios ideológicos. Aunque nuestra época se presente como un mundo de libertad y no de atraso, y aunque libertad y atraso parezcan opuestos entre sí, la modernidad capitalista y la modernidad tradicional se basan esencialmente en quebrantar la voluntad de las mujeres y esclavizarlas, y esto tienen en común. Por esta razón, debemos analizar y descifrar mejor las características globales y regionales de las políticas masculinas hegemónicas, y cómo se convierten en una fuerza conjunta contra las mujeres. Y debemos escalar nuestra lucha. Hay acciones y resistencias de mujeres contra el feminicidio en Europa, Estados Unidos, Abya Yala, India, Baluchistán, Afganistán, Irán, África, Oriente Medio y otras partes del mundo. Como KJK, saludamos a todas nuestras amigas y compañeras que resisten; nos llamamos a seguir desarrollando nuestro poder de lucha común, y a considerar este 25 de noviembre como un día en que crece nuestra lucha común contra la violencia.
Cada mujer asesinada es un llamado para la revolución de las mujeres
Oriente Medio es una zona caliente de guerra y allí se masacra a las mujeres más abiertamente. El régimen de ejecución del Estado iraní, el dominio de las bandas en Afganistán, la estructura del Estado-nación y las estructuras de las bandas en Yemen, Sudán, el norte de África y otros países de Oriente Medio están atacando gravemente a las mujeres. Los Estados, instituciones, costumbres y mentalidades sexistas reivindican derechos en todo tipo de leyes y políticas debilitadoras y asesinas: desde la ejecución al linchamiento, la circuncisión femenina, el velo forzado y el matrimonio infantil. Es muy importante resistir y actuar contra cada una de estas formas de ataque.
Sin embargo, nuestra principal responsabilidad el 25 de noviembre es marcar una agenda contra las ejecuciones de mujeres. A través de acciones, actos y protestas, debemos denunciar a los estados nación, especialmente Irán, que nos atacan inhumanamente. Hay cientos de mujeres que han sido ejecutadas, o que actualmente están a la espera de serlo en Irán. Como compañeras de lucha en el exterior, cuidar de ellas es una de nuestras misiones femeninas básicas. Siguiendo el camino de la rebelión de Jina Amini, debemos ampliar juntas la lucha por Jin Jiyan Azadî. Debemos ser capaces de mantener viva su memoria y la de miles de mujeres como ella. Hay miles de mujeres y niñas asesinadas como consecuencia de los ataques de Israel contra Gaza. También está la reciente guerra contra Líbano y sus consecuencias. Las mujeres y las niñas palestinas y libanesas sufren las peores consecuencias de esta guerra hegemónica y genocida. Además de ser masacradas, se enfrentan a graves problemas como el hambre, la pobreza, las enfermedades, la prostitución, las violaciones y la emigración. Es muy importante luchar contra estas consecuencias de la Tercera Guerra Mundial. Debemos desarrollar la solidaridad de las mujeres y asociarnos en lucha también en este ámbito.
Contra la ocupación, la traición y la violencia machista, Jin Jiyan Azadi
Para el Kurdistán, 2024 ha sido un año en que el genocidio y el feminicidio solo han seguido intensificándose. El gobierno fascista del AKP-MHP continuó este año con sus ataques genocidas, dirigidos contra todas las personas en cualquier lugar del Kurdistán: en las montañas y en las ciudades, contra la guerrilla y contra la población civil, contra las mujeres, los niños y las niñas. Por último, en los ataques contra Rojava y Shengal, añadió uno nuevo a los crímenes de guerra que lleva cometiendo desde hace años al atacar a civiles, mujeres, niños y niñas, e instituciones de servicios comunitarios. El Estado fascista turco está cometiendo crímenes en todas las zonas del Kurdistán: desde Afrin hasta las mujeres yazidíes en Shengal, desde Bashur hasta Bakur, Rojava y Maxmur. El gobierno del AKP-MHP es el culpable de la guerra, el genocidio, el feminicidio, el infanticidio y la destrucción de la naturaleza en el Kurdistán. Lleva años imponiendo esta opresión al pueblo y a las mujeres kurdas. Con motivo del 25 de noviembre, debe hacerse memoria de las mujeres y niñas asesinadas, torturadas y violadas en el Kurdistán. Debemos gritar los nombres de cada una de ellas y convertirlas en una razón para luchar. Debemos ser la voz de las mujeres yazidíes que siguen cautivas en manos del ISIS, y de las mujeres desplazadas de sus hogares en Afrin y Serêkaniye. Mientras cometen estos crímenes en el Kurdistán, sin leyes ni fronteras, la mentalidad estatal, los soldados, policías, guardias, sargentos especialistas, agentes y bandas también ensangrientan la geografía turca con masacres diarias de mujeres y niñas. Las consecuencias de esta guerra sucia, genocida y feminicida, se reflejan en gravísimas consecuencias para las mujeres y las niñas turcas.
En Turquía, el nacionalismo y el chovinismo, y el sexismo que provocan, están al nivel del desastre y el caos. La crisis intelectual de la modernidad capitalista se ha convertido en un callejón sin salida del sexismo. La violencia se impone a las mujeres y a todo el mundo, especialmente a través de los hombres, y el reflejo de la guerra en la vida cotidiana y en la reconfiguración de la sociedad se llevan a cabo a través de esta violencia. Así, es muy importante que los movimientos de mujeres del Kurdistán y de Turquía aumenten conjuntamente la lucha y amplíen la lucha unida de las mujeres y luchen por una solución contra la fuente de la violencia. Las mujeres que resisten en las cárceles también experimentan la tortura del estado masculino en sus formas más graves. Las mujeres encarceladas en las prisiones de Turquía, Kurdistán del Norte e Irán, y las mujeres que resisten en las cárceles de Oriente Medio y de todo el mundo, se enfrentan instantáneamente a los ataques sexistas del estado masculino. Este 25 de noviembre también debemos solidarizarnos con todas las compañeras que resisten en las cárceles dondequiera que estén, tenderles la mano y llevar sus voces a las zonas de acción. Especialmente, la honorable resistencia de nuestras madres debe iluminar nuestras acciones como una antorcha, pues a pesar de sus enfermedades, ellas resistieron al estado fascista genocida turco en las cárceles, con las dificultades que les trajo su edad avanzada. Las madres de los mártires, las Madres de los Sábados y las familias de las personas desaparecidas cuyos cuerpos no fueron entregados o cuyos huesos fueron entregados en una bolsa, son la piedra angular de nuestra lucha por las mujeres. Como KJK, saludamos la honorable resistencia de estas valientes madres, y con motivo del 25 de noviembre reiteramos nuestra promesa de seguir ampliando la cultura de resistencia que recibimos de ellas.
Las niñas y los niños también se enfrentan a importantes niveles de violencia, y son más vulnerables. Cuando hablamos de la autodefensa de las mujeres, debemos saber que uno de los principales deberes es la defensa de las infancias. Los hechos revelados en la situación de Narin hicieron más visible este desastre. Allí los niños y las niñas son asesinadas o su voluntad es completamente quebrantada. Impedirlo es una de las tareas más importantes de los movimientos de mujeres. Por esta razón, con motivo del 25 de noviembre debemos considerar muchas dimensiones -desde la violación hasta las masacres, la explotación laboral y la utilización en diversas formas- y evaluar exhaustivamente la cuestión de cómo podemos defender a nuestros niños y niñas. ¡Todos los niños y niñas son nuestros niños y niñas! Debemos protegerles mientras están vivos, no después de que les asesinen.
La lucha de las YJA Star es un modelo de autodefensa de las mujeres en nuestra era
La formación del ejército femenino en el Kurdistán ha cumplido 32 años. Las YJA Star, pioneras de nuestro ejército femenino, están librando una lucha de autodefensa muy fuerte contra la dominación masculina, el estado masculino y la cultura sexista, así como contra el colonialismo y el fascismo. Su táctica, su fuerza mental, su profesionalidad y su espíritu de abnegación son íntegros. Realmente hay una guerrilla de mujeres que resiste valientemente a un ejército apoyado por la OTAN, como es el ejército turco, y a todas las armas prohibidas que ese ejército utiliza, desde las armas químicas hasta las armas nucleares tácticas. Miles de mujeres revolucionarias fueron martirizadas en esta lucha, y se han pagado enormes precios. Conmemoramos con amor, respeto y gratitud a Berwar Dersim, Beritan Nurhak, Axin Muş, Dra. Sara, Asya Ali y a todas nuestras compañeras que fueron martirizadas mientras luchaban contra la violencia machista, así como a todos nuestros compañeros a través de Rojger Hêlîn. Todas las compañeras y compañeros que han caído mártires en esta lucha son mártires de la creación de una cultura democrática y de libre convivencia, contra la cultura de la violencia.
Con ocasión del 25 de noviembre, nuestra promesa para ellos y ellas es ser dignas de sus recuerdos y alcanzar sus objetivos. Mientras que las YJA Star desempeñaron un papel principal en esta lucha, las YPJ en Rojava, las YJŞ en Shengal y las HPJ en Rojhilat tomaron esta lucha como ejemplo, y fortalecieron y ampliaron aún más la lucha de autodefensa de las mujeres. Esta lucha es un ejemplo y un modelo para las mujeres de Oriente Medio y del mundo. Será importante conocer y comprender más este ejemplo y organizarlo de acuerdo con sus propios fundamentos.
Nuestra defensa en Jin Jiyan Azadi
Lo que salvará a las mujeres, a las niñas, a las jóvenes y a nuestras madres de la violencia machista dominante y de las masacres es: autodefensa, organización y lucha. Así como no hay salvación sin lucha, tampoco hay vida sin autodefensa. Si las mujeres nos organizamos y luchamos en nuestra defensa, podemos sobrevivir y convertirnos en fuente de fuerza vital. Podemos superar esta creciente violencia machista. Nuestra lucha debe crear organización y autodefensa, y así convertirnos en fuente de vida. Por esta razón, debemos convertir cada ámbito de la vida en un campo de batalla, establecer plataformas de mujeres en todas partes para decir la verdad y juzgar la dominación masculina a través de plataformas de justicia. Como KJK, hacemos un llamamiento a todos los movimientos de mujeres del mundo, especialmente a las mujeres del Kurdistán y de Oriente Medio, para que se organicen en torno al 25 de noviembre de este año como un periodo de campaña que durará quince días.
Hagamos que los días que van del 10 al 25 de noviembre sean días en los que se evalúe y denuncie la violencia machista contra las mujeres y, al mismo tiempo, se desarrolle la conciencia y la organización de autodefensa contra esta violencia. En torno al lema “NUESTRA DEFENSA ES JIN JIYAN AZADΔ, llamamos a las mujeres a unir nuestras fuerzas y a fortalecernos. En la realidad actual, donde las masacres han aumentado tanto física como espiritualmente, ¡defendámonos y defendamos nuestras vidas con “JIN JIYAN AZADI”, así lo expresó nuestro líder Apo (Abdullah Öcalan) como una fórmula mágica. Para eso, transformemos todos los ámbitos de la vida en ámbitos de acción y concienciación, unamos nuestras manos y sumemos nuestras voces. Y finalmente, destruyamos la dominación masculina y construyamos una vida libre.
FUENTE: Kurdistán América Latina