La doble estrategia de Ankara apunta a los avances kurdos

El 25 de enero, el Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, visitó Bagdad para mantener reuniones cruciales con el Presidente, el Primer Ministro y el Ministro de Asuntos Exteriores de Irak. El mismo día, el Jefe del MIT (Servicio de Inteligencia turco), İbrahim Kalın, se reunió con el líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), Ahmed al-Sharaa [nombre de guerra Abu Mohammad al-Julani], en Damasco. Estas dos visitas paralelas ponen de relieve los esfuerzos continuos de Ankara por profundizar su estrategia regional antikurda.

Antes de la visita de Fidan, el ministro de Asuntos Exteriores iraquí, Fuad Hussein, expresó su preocupación en Davos por los ataques de Turquía a Rojava. Tras estas declaraciones, el 24 de enero se produjo un importante enfrentamiento en la región de Heftanin, en Duhok (Kurdistán iraquí, Bashur). Durante un enfrentamiento cerca de las aldeas de Sorya y Şîlanê, los soldados turcos que avanzaban hacia las zonas controladas por la guerrilla se encontraron con resistencia. Los informes oficiales confirmaron bajas en el lado turco, incluida la muerte del sargento de ingeniería Ufuk Akıncı.

Un detalle llamativo de este incidente fue la petición de las fuerzas turcas de ayuda a las unidades Peshmerga, que operan bajo la apariencia de “Guardias Fronterizos Iraquíes”, afiliadas al Partido Democrático del Kurdistán (PDK). Se sabe que estas unidades, compuestas por las fuerzas Gulan y Zerevan del PDK, se coordinan con Turquía. Los Guardias Fronterizos intervinieron en la zona de conflicto, pero dos miembros de los Peshmerga fueron asesinados. Fuentes locales sugieren que estas muertes fueron resultado de bombardeos militares turcos. Si bien los detalles completos siguen sin estar claros, el incidente es visto ampliamente como parte de los cálculos regionales más amplios de Ankara. Según se informa, Fidan utilizó este enfrentamiento, y las muertes de los combatientes Peshmerga, como palanca durante sus reuniones en Bagdad para persuadir a Irak de que se alineara con la postura de Turquía. Esto ha llevado a especular con que la confrontación fue orquestada como parte de un plan previo a la visita.

En Bagdad, Fidan destacó que el enfrentamiento era una prueba de que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) era una “amenaza compartida” para la región. Esta narrativa constituyó un argumento clave en sus discusiones, en consonancia con la estrategia de Ankara de utilizar este tipo de incidentes para justificar sus acciones militares.

Mientras tanto, en Damasco, la reunión del jefe del MIT, Ibrahim Kalın, con el líder del HTS, es una señal de los planes de Turquía en Siria. Según se informa, Turquía pretende integrar el HTS con facciones del Ejército Nacional Sirio (ENS) para formar una estructura más cohesionada y poderosa. Esta medida se considera parte de una estrategia más amplia para intensificar los ataques contra Rojava.

Las conversaciones de Kalın con Al Julani también tenían como objetivo enfrentar a la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) con el gobierno central de Damasco. Al enmarcar estos ataques como un conflicto entre Damasco y Rojava, Turquía busca legitimar sus acciones en el escenario internacional.

Las acciones de Ankara contra la unidad kurda

En medio de los crecientes llamados de las comunidades kurdas a la unidad nacional, recientemente se celebró una reunión entre el líder del PDK, Masoud Barzani, y el comandante de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), Mazloum Abdi. Las declaraciones positivas posteriores a la reunión generaron esperanzas de que se fortaleciera la solidaridad kurda. Sin embargo, poco después, el comandante de las Fuerzas Especiales del PDK, Mansour Barzani, viajó a Ankara para conversar con el jefe del Estado Mayor turco, Yaşar Güler, lo que indicó una cooperación militar más profunda entre el PDK y Turquía.

Estos acontecimientos indican que Ankara sigue intentando socavar la unidad kurda. Las fuerzas Gulan, entrenadas por Turquía y dirigidas por Mansour Barzani, desempeñan un papel clave en la erosión de la confianza entre los kurdos. Las unidades Peshmerga desplegadas en el enfrentamiento de Duhok también pertenecen a este grupo.

Durante sus reuniones en Bagdad, Fidan propuso una “alianza de cuatro naciones” contra ISIS, que incluyera a Irak, Siria, Jordania y Turquía. Sin embargo, esta propuesta parece menos orientada a combatir a ISIS y más a marginar los avances kurdos. Al utilizar estas alianzas, Ankara busca debilitar la legitimidad kurda a nivel internacional y hacer retroceder sus logros.

Tras su regreso de Bagdad, las declaraciones de Fidan revelaron una nueva fase en la política de Turquía respecto de las estructuras paramilitares en Siria. Pidió al gobierno de Damasco que integrara a todos los grupos armados en un único “ejército nacional”. Esta propuesta parece tener dos objetivos:

Integración del ENS con HTS

El ENS ha sufrido graves pérdidas en su guerra contra Rojava. Al fusionarlo con el HTS, Turquía pretende revitalizar estas facciones y utilizarlas contra el gobierno de Damasco y Rojava.

Las FDS en la mira

Turquía destaca con frecuencia la negativa de las FDS a desarmarse como un problema importante. Fidan ha utilizado repetidamente el argumento de que “todos los grupos deben desarmarse excepto las FDS” para socavar su legitimidad internacional.

Una política sistemática de hostilidad

Las acciones simultáneas de Turquía en Bagdad y Damasco reflejan su hostilidad sistemática hacia los avances kurdos. Con el pretexto de promover la “paz” y la “estabilidad” regionales, Ankara sigue atacando los logros kurdos al tiempo que fomenta el caos en la región. Los esfuerzos coordinados de Hakan Fidan e İbrahim Kalın demuestran que las estrategias militares y diplomáticas de Ankara para neutralizar la influencia kurda siguen siendo implacables.

FUENTE: Amed Dicle / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

miércoles, enero 29th, 2025