La oposición de Estados Unidos a las elecciones en el noreste de Siria es un error estratégico

Para promover la seguridad y la estabilidad en el noreste de Siria, Estados Unidos debería apoyar las elecciones locales que la Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (AADNES) planea celebrar en docenas de municipios en todo el territorio bajo su control. Funcionarios del Departamento de Estado y comentaristas en Washington han planteado varias objeciones a estos comicios. Sin embargo, ninguna de estas objeciones tienen validez práctica. Todos se basan en suposiciones sesgadas, que en realidad pueden abordarse mediante el diálogo y la participación diplomática.

Las preocupaciones sobre la compatibilidad de las elecciones con la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU son infundadas. La RCSNU 2254 no prohíbe ni disuade a los sirios de celebrar elecciones antes de un acuerdo político. Tampoco prohíbe ni disuade a la comunidad internacional de apoyar dichas elecciones. Además, la RCSNU 2254 se aprobó hace casi diez años, y el acuerdo político que prevé no está a la vista. Más oportunidades de participación democrática para los sirios bajo las autoridades fuera del régimen que existen, hoy contribuirán a la paz y la estabilidad ahora y mejorarán la calidad de cualquier acuerdo integral futuro. Las comunidades tienen que empezar por algún lado para adquirir las habilidades y conocimientos necesarios para una participación informada en los procesos democráticos. El hecho de que las potencias extranjeras no hayan logrado ponerse de acuerdo sobre el fin del conflicto no debería obstaculizarlas.

Las preocupaciones sobre la integridad territorial de Siria y Turquía son aún menos relevantes. Vale la pena repetir que se trata de elecciones municipales. Los funcionarios que elegirán los residentes del noreste de Siria, se ocuparán de tareas apolíticas como la gestión del agua, la eliminación de residuos y el mantenimiento de escuelas y hospitales. Estos servicios esenciales los proporcionaban los gobiernos municipales afiliados a la AADNES mucho antes de que Turquía comenzara a amenazar la región. Mañana seguirán siendo proporcionados por los gobiernos municipales, independientemente de si los líderes locales que los gestionan son elegidos por el pueblo o designados sin la participación del público. Las elecciones podrían mejorar la calidad de esos servicios al obligar a los partidos a competir por el apoyo y dar a las comunidades una mayor influencia sobre sus líderes. De ninguna manera amenazarán las fronteras de Siria o Turquía.

En todo caso, las elecciones locales en el noreste reforzarán la seguridad de Turquía. Una mejor gobernanza y mejores servicios para los sirios conducirán a una menor migración, un resultado que los líderes turcos deberían acoger con agrado. Una gobernanza más participativa, descentralizada y desde abajo puede cambiar las prioridades de la Administración Autónoma Democrática de conflictos políticos e ideológicos a gran escala hacia cuestiones materiales que impactan la vida cotidiana de sus electores, lo que también es un resultado positivo para Ankara. Estados Unidos debería explicar a Turquía la estructura y función de los municipios del noreste de Siria y exigir pruebas de cualquier acusación turca de que las elecciones o cualquier actividad relacionada con ellas, amenazan la seguridad y la integridad territorial de Turquía.

El apoyo a las elecciones en el noreste de Siria también ayudará a Estados Unidos a competir con Rusia e Irán. El apoyo retórico a futuras elecciones bajo la Resolución 2254 no importa. A los ojos de muchos en el noreste de Siria, Estados Unidos mantiene ahora la misma posición práctica que Moscú y Teherán: los sirios no merecen el derecho a elegir a sus líderes. La hipocresía de esta posición en comparación con las opiniones expresadas por Estados Unidos sobre la democracia en Medio Oriente puede y será explotada por los adversarios estadounidenses para deslegitimar tanto la posición de Washington en la región como la posición de aquellos sirios que afirman que trabajar con Estados Unidos puede ser una camino viable hacia la democracia. Por el contrario, si Estados Unidos apoya las elecciones en el noreste de Siria, demostrará que puede ofrecer algo que Rusia, Irán, Al Assad, Turquía y varios grupos rebeldes islamistas no pueden: un camino viable hacia un futuro democrático.

Si Estados Unidos tiene preocupaciones genuinas sobre si el proceso será libre o justo, debería trabajar con la AADNES, los partidos políticos y la sociedad civil local para mejorarlo. Hoy en día, pocos en Estados Unidos dirían que la democracia estadounidense siempre ha sido perfecta. Muchos dirían que ahora es algo imperfecto. La propia Estrategia de Seguridad Nacional de la administración Biden reconoce que “la democracia es siempre un trabajo en progreso”. La AADNES ha manifestado interés en contar con observadores internacionales presentes en estas elecciones locales. Los partidos políticos kurdos sirios y las organizaciones locales de la sociedad civil han criticado el proceso, identificando deficiencias específicas y medios para abordarlas. De hecho, estas críticas contribuyeron en parte al retraso de la votación. La desaprobación de Estados Unidos también influyó, demostrando que las autoridades de la AADNES están dispuestas a escuchar tanto a sus aliados como a sus electores. Para ayudar a los socios a avanzar hacia la democracia, Estados Unidos puede brindar experiencia técnica, capacitación y otras formas de apoyo para que las autoridades electorales, los partidos, los candidatos y los votantes estén mejor equipados para participar en un proceso libre y justo. También puede ofrecer incentivos al Consejo Nacional de Kurdistán (KNC) para que participe e instar al Gobierno Regional del Kurdistán (GRK, del norte del Irak) a hacer lo mismo.

En última instancia, Estados Unidos debe abordar las contradicciones de su política hacia la región. Si planea permanecer en el noreste de Siria, debería aprovechar su presencia y sus asociaciones para lograr la reducción de las tensiones, la recuperación económica y el desarrollo político y social. Una estrategia de este tipo debería funcionar con las iniciativas locales para una gobernanza más democrática, no contra ellas. Si planea irse, debería proporcionar a sus socios un cronograma y un plan para garantizar que una retirada no conduzca a un conflicto mayor, y luego abstenerse de interferir en los asuntos políticos internos de la región.

Las inconsistencias en la política estadounidense actual y la falta de claridad en torno a la estrategia futura han creado inestabilidad e incertidumbre que debilita a las fuerzas asociadas de Estados Unidos y empodera a actores como ISIS y el régimen de Al Assad. Las elecciones locales en el noreste de Siria deberían ser una oportunidad para abordar estas brechas estratégicas, no una coyuntura más para profundizarlas.

FUENTE: Giran Ozcan / Kurdish Peace Institute / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

viernes, junio 21st, 2024