Las elecciones en Rojava desafían las bombas turcas y la indiferencia estadounidense

Un ataque aéreo turco alcanzó una ambulancia de la Media Luna Roja Kurda el 31 de mayo pasado, como parte de una ola de bombardeos que mató a cuatro personas e hirió a una docena en el norte y el este de Siria, región liderada por los kurdos. La motivación no era ningún misterio. Las bombas llegaron un día después de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan prometiera que “no dudaría en tomar medidas” para impedir unas elecciones que describió como “acciones agresivas” destinadas a establecer un “terroristán” en la frontera sur de Turquía.

El movimiento secular kurdo que Erdogan califica de “terrorista” es más conocido por habitar su tierra histórica en Siria, llamada Rojava, y también por su papel de liderazgo en la lucha contra ISIS y su modelo único de democracia directa liderada por mujeres. Las elecciones planificadas por la multiétnica Administración Autónoma (AADNES) se llevarán a cabo incluso en antiguos bastiones del ISIS, como la antigua capital del califato, Raqqa, liberada hace años por la coalición militar kurdo-árabe de la AADNES, respaldada por ataques aéreos estadounidenses. Después de múltiples retrasos causados ​​por los bombardeos aéreos turcos, ahora los comicios están programados para agosto.

“Cuando celebremos elecciones y nuestro pueblo vote en masa, demostrará que ahora hay un proceso democrático en marcha en el que el pueblo puede ejercer su voluntad”, dijo Loqman Ahme, portavoz de la AADNES e integrante del Partido Verde de la región.

Como es habitual, harán estas elecciones sin ninguna ayuda del mundo exterior. Estados Unidos, socio nominal de la AADNES y ex aliado en la lucha contra ISIS, afirma que “no están dadas las condiciones” para elecciones libres y justas, y ha optado por mantenerse al margen mientras Turquía lanza oleadas de ataques aéreos devastadores contra la infraestructura humanitaria de la región.

¿Por qué Estados Unidos se niega a respaldar los decididos esfuerzos de la AADNES para promover una cultura democrática en las ciudades arruinadas de Siria? Ciertamente, estas elecciones no son una copia al carbón de un sistema parlamentario occidental. La AADNES afirma que quiere implementar una gobernanza horizontal e igualitaria, que permita a la gente común y corriente gobernarse a sí misma a nivel de aldea y comunidad. Al mismo tiempo, las presiones de la guerra y de la limpieza étnica de Turquía, y la necesidad de evitar que millones de sirios mueran de hambre, han hecho que la administración central bajo la AADNES sea una necesidad pragmática. La Constitución recientemente actualizada de la región, conocida como Contrato Social, establece que si bien la política centralizada puede crear “injusticia y opresión”, se deben tomar medidas concretas para evitar la “exclusión o marginación” de cualquier identidad.

De ahí la atención prestada a las elecciones municipales en las comunidades locales. Estas elecciones no se refieren a un cambio en la gobernanza de alto nivel, sino que ofrecen una oportunidad para que los grupos minoritarios hagan oír su voz en las comunidades locales. Esto incluye a los yazidíes, que sufrieron el genocidio a manos de ISIS; a minorías cristianas en conflicto; y a las mujeres, que participarán en un sistema de “copresidencia” que garantiza una representación femenina del 50 por ciento desde las comunas locales hasta los altos cargos ejecutivos de la administración.

Sobre todo, las elecciones tienen como objetivo fortalecer los vínculos entre las comunidades kurda y árabe, divididas por el conflicto interétnico, pero que ahora cooperan bajo la AADNES. Rondas electorales anteriores han confirmado el mandato del movimiento kurdo en los centros kurdos de la región. Ahora enfrentan el mismo desafío en las regiones árabes. “Estas elecciones nos dan la oportunidad de elegir copresidentes y no nombrar un candidato, como sucedía antes”, dice Ghada Zakaria, candidata independiente en Deir ez-Zor, antiguo bastión de ISIS. En una región donde los insurgentes de ISIS asesinan regularmente a árabes que trabajan con la AADNES, su candidatura es testimonio de los logros revolucionarios alcanzados por millones de mujeres sirias.

Erdogan acusa a la AADNES de intentar establecer un pequeño Estado kurdo. De hecho, la oposición nacionalista kurda de la región –que quiere un Estado étnico similar a otros en todo Medio Oriente– está boicoteando las elecciones. Los dos principales bloques liderados por los kurdos que realmente participarán en las elecciones comparten la misma visión política de una democracia multiétnica.

Si Estados Unidos realmente quisiera promover una cultura política libre y justa en Siria y Medio Oriente, ofrecería apoyo concreto a la propuesta positiva de Rojava para fortalecer la cooperación intercomunitaria en la región. En lugar de ello, se niega a colaborar con los representantes y órganos de la AADNES y la trata como un puesto militar al servicio de su propia agenda de oposición a Irán, al tiempo que deslegitima sus esfuerzos por establecer una alternativa revolucionaria de base.

La comisión electoral de la AADNES ha pedido repetidamente que observadores externos supervisen el proceso electoral, lo que demuestra el compromiso continuo de la Administración Autónoma con la participación y el apoyo internacional. Si Estados Unidos estuviera preocupado por las condiciones electorales, podría apoyar activamente el proceso y tratar las elecciones como el punto de partida para establecer un modelo para una alternativa genuinamente democrática en Siria y Medio Oriente en general.

En cambio, Estados Unidos y Turquía se han unido para responder con hostilidad, indiferencia y ataques aéreos. Para el candidato independiente Salem Khalaf al-Hassan, las elecciones en su región, indigente y devastada por la guerra, consisten fundamentalmente en “decir que somos un pueblo vivo, que nuestra voz será escuchada”.

FUENTE: Matt Broomfield / Truthdig / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

miércoles, junio 19th, 2024