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La naturaleza “multiniveles” de la construcción de la paz (III)

Publicamos la tercera y última parte del artículo escrito por Berfin Güneş, integrante de la Academia de Jineolojî, para el medio Newaya Jin. Para leer la primera parte, click aquí; para leer la segunda, click aquí

El llamamiento de Rêber Apo (Abdullah Öcalan) de “Paz y Sociedad Democrática”, del 27 de febrero de 2025, representa no solo una iniciativa técnica orientada a poner fin a los conflictos armados, sino también un proyecto de profunda transformación social. Esta transformación trasciende la comprensión de la paz únicamente como un estado de ausencia de conflicto; aspira a convertirla en un modo de vida entrelazado con los principios fundacionales de la sociedad democrática.

En este contexto, el llamamiento no es solo un plan político, sino que también tiene el carácter de un manifiesto para la transformación social y cultural. En el centro teórico y práctico del llamamiento se encuentra la acumulación de más de cuarenta años de lucha, teoría y experiencia del Movimiento de Liberación de Kurdistán y del Movimiento de Liberación de las Mujeres de Kurdistán. Esta acumulación ofrece no solo un punto de referencia para la construcción de la paz, sino también un marco metodológico y ético.

La paz es posible mediante la reconstrucción social y cultural

El enfoque del movimiento hacia la paz representa una ruptura radical con los procesos de paz tradicionales centrados en las élites y en el Estado. Critica la comprensión hegemónica de la paz de la modernidad como una “violencia epistémica” impuesta por el modelo de Estado nación westfaliano, que excluye y vuelve invisibles todas las demás formas de conocimiento y modos de vida. Esta crítica no solo expone las deficiencias del sistema existente, sino que también ofrece una perspectiva paradigmática radical que transforma la paz en un espacio de resistencia epistémica. El enfoque constituye un modelo original tanto a nivel teórico como práctico, como una respuesta fundamental a la crisis del sistema de civilización estatal de aproximadamente cinco mil años de antigüedad. Así, la paz se aborda no solo como la terminación del conflicto, sino como un proceso que progresa simultáneamente con la reconstrucción social y cultural.

El enfoque de las mujeres kurdas hacia la paz

El enfoque de las mujeres kurdas hacia la paz se diferencia claramente de los feminismos occidentales y de los movimientos izquierdistas tradicionales. En la base de esta diferencia se encuentra el paradigma de la “civilización democrática” (un modelo de sociedad donde los pueblos se gobiernan a sí mismos, en oposición al modelo jerárquico centralizado en el Estado) que ve la liberación de las mujeres como la dinámica esencial de la transformación social y la democratización, y Jineolojî (ciencia de las mujeres), su expresión epistémica directa. Jineolojî no es solo “estudios de las mujeres”, sino un sistema de conocimiento alternativo desarrollado contra la estructura totalitaria de la comprensión científica moderna, dominada por hombres. Al oponerse a la mentalidad dualista impuesta por el racionalismo occidental (razón-emoción, masculino-femenino, humano-naturaleza), propone la reconstrucción del conocimiento sobre fundamentos históricos, mitológicos, filosóficos, sociológicos y éticos. Este enfoque permite un proyecto de transformación ontológica (concerniente al significado de la existencia y la vida) al trascender los estrechos límites de la política identitaria que afecta al presente. Va más allá de los paradigmas estatistas-modernistas, sintetiza los antiguos valores comunitarios de Medio Oriente con la liberación de las mujeres, y desarrolla un estilo ideológico de lucha original. Así, la paz se convierte no solo en un objetivo político, sino también en el terreno epistemológico (concerniente a la fuente y naturaleza del conocimiento) y cultural para la reconstrucción de la sociedad democrática.

La teoría de paz del movimiento puede examinarse en cuatro niveles fundamentales:

Nivel ontológico (Nivel del ser)

La tríada Jin Jiyan Azadî (Mujer Vida Libertad) requiere repensar los fundamentos de la existencia y la conexión establecida con la esencia de la vida. La liberación de las mujeres se posiciona no como una demanda política, sino como el principio determinante fundamental de la relación que los seres humanos establecerán consigo mismos, con la sociedad y con la naturaleza.

Nivel epistemológico (Nivel del conocimiento)

El énfasis de Jineolojî en la “verdad de las mujeres” cuestiona fundamentalmente las afirmaciones de imparcialidad y objetividad del positivismo occidental. Se opone a los sistemas de conocimiento dominados por los hombres al considerar la perspectiva y experiencia de las mujeres como una fuente legítima de conocimiento. Esta transformación en el campo del conocimiento nutre directamente el terreno de paz pluralista de la sociedad democrática.

Nivel político

El modelo de sociedad democrática aspira a trascender la violencia monopolística y la estructura centralista del Estado nación, a implementar una alternativa política pluralista organizada de abajo hacia arriba. Esto revela que la paz solo puede sostenerse junto con la subjetivación social y el pluralismo democrático.

Nivel ético y moral

La paz social se basa en la reconstrucción de valores comunitarios como la solidaridad, el compartir y la vida común. Este enfoque es una alternativa radical al individualismo y la ética competitiva de la modernidad capitalista. Así, la paz significa no solo un acuerdo político, sino también el fortalecimiento del tejido ético de la sociedad democrática.

Para que los fundamentos teóricos encuentren significado en la vida social, deben darse pasos prácticos. El movimiento de mujeres kurdas aspira a concretar esta comprensión transformando la construcción de la paz y la construcción de la sociedad democrática en las piedras angulares de la vida cotidiana y la organización. Las mujeres desempeñan activamente roles en todas las esferas, desde las aldeas hasta las ciudades, desde los consejos hasta las cooperativas, preparando el terreno para que la paz y los valores democráticos se conviertan en práctica social. Es posible abordar la construcción de la paz y la construcción de la democracia del movimiento de mujeres kurdas a través de algunos pilares prácticos fundamentales:

Autoorganización

El poder del Estado masculino se ve como trascendente en la fundación de la paz. Las mujeres deben participar en el proceso de paz no como víctimas “consultadas”, sino como sujetos que construyen el proceso. La expresión de este enfoque es una red integral de autoorganización que incluye consejos de mujeres, cooperativas, academias y fuerzas de autodefensa. El sistema implementado de copresidencia, la cuota de género del 50% y los comités de justicia de mujeres, son la concretización de la teoría en la práctica. Estas organizaciones fortalecen la paz junto con la democratización en la base social.

Lucha contra la discriminación de género

El movimiento sitúa en el centro de las negociaciones de paz el establecimiento de mecanismos de justicia para la igualdad de género. La “Asamblea de Libertad de las Mujeres”, en la que el movimiento de mujeres estuvo representado durante el proceso de paz de 2013-2015, sirvió a este propósito. La paz se concibe como un contrato social antes que ser un texto legal. Esta lucha tiene una sólida historia desde los años noventa: la Iniciativa de las Madres por la Paz (1993); la Iniciativa de Mujeres por la Paz (BİKG); las Madres de los Sábados; No Toques a Mi Amiga (1993); Encuentros de Mujeres por la Paz (2004); y Ha Llegado el Momento (2005) son experiencias significativas de este proceso. La iniciativa “Necesitamos Paz”, proclamada el 27 de febrero de 2025, es el eslabón más actual de esta cadena.

Estructuras institucionales alternativas

El movimiento da vida a su teoría a través de institucionalizaciones concretas, y construye alternativas radicales al sistema estatal moderno. Entre estas se encuentran los consejos populares, las comunas y cooperativas; la aldea de mujeres Jinwar (en Rojava); los comités de justicia de mujeres; y las Academias de Jineolojî. Estas estructuras son ejemplos concretos de que se puede vitalizar la paz a través de las instituciones prácticas de la sociedad democrática.

Diálogo global

Al mismo tiempo que el movimiento de mujeres kurdas se nutre de las luchas feministas y por la paz en todo el mundo, enfatiza la singularidad histórica y social de cada experiencia; evita enfoques reduccionistas. El movimiento critica los modelos de paz dominantes en el ámbito internacional en tres ejes: la pretensión de universalismo y el occidentalismo-centrismo de la paz liberal; las intervenciones técnicas que vuelven invisibles las causas estructurales de la desigualdad de género; y los modelos centrados en el Estado que ignoran las relaciones de micropoder.

Una práctica de autotransformación continua

Este proceso también demuestra la capacidad de aprendizaje autocrítico del movimiento de mujeres kurdas. El movimiento no rehúye cuestionar las huellas del patriarcado y las tendencias dogmáticas dentro de sí mismo, y la influencia del positivismo; desarrolla una práctica de autotransformación continua. Esta actitud autocrítica constituye la dinámica fundamental del desarrollo teórico y práctico del movimiento. El Llamamiento por la Paz y la Sociedad Democrática ha llevado este proceso de discusión integral a una nueva fase. Este llamamiento representa un punto de ruptura epistemológica más allá de ser una propuesta política.

En este proceso, se están organizando intensas reuniones de mujeres y del pueblo, talleres y conferencias de Jineolojî en todas las áreas, particularmente en Bakur (Kurdistán del Norte, sudeste turco); se están discutiendo en profundidad nuevos métodos de lucha y necesidades paradigmáticas. Los ejes fundamentales de este proceso los constituyen el sacar a la luz la historia de las mujeres, la realización de la arqueología de la dominación patriarcal y el desarrollo de una historiografía alternativa.

Presentación de un paradigma teórico original

El Movimiento de Liberación de las Mujeres Kurdas presenta un paradigma teórico original frente a los complejos problemas políticos, sociales, epistemológicos y filosóficos del siglo XXI. Su comprensión de la paz es una alternativa fundamental a los procesos diplomáticos tradicionales que reproducen el poder y la violencia, y es un nuevo proceso de lucha. Define la paz, más allá de la fórmula “Estado + democracia”, como una sociedad democrática que se erige sobre el fundamento de la liberación de las mujeres. El llamamiento de Rêber Apo es la culminación de esta experiencia de cuarenta años. El éxito del proyecto depende del liderazgo intelectual, político y social de las mujeres, y de la posición central de su autoorganización. Este enfoque aborda la construcción de la paz y la construcción de la sociedad democrática, no como elementos separados, sino como dos aspectos de un mismo todo; ofrece una perspectiva holística de manera teórica, epistemológica y práctica.

FUENTE: Berfin Güneş / Newaya Jin / Jineoloji.org / Edición: Kurdistán América Latina

martes, diciembre 16th, 2025