La lucha y el resurgimiento de la lengua kurda

Antaño susurrada en secreto y prohibida incluso en las conversaciones más sencillas al aire libre, la lengua kurda ha compartido durante mucho tiempo la lucha de su pueblo: la represión, el exilio y la opacidad. Hoy, tras décadas de lucha, comienza a forjar una frágil presencia en el mundo, encontrando su voz en el contexto de las nuevas tecnologías. A pesar de estos avances, el kurdo soporta el peso de la fragmentación interna y un prolongado abandono, obstáculos que siguen frenando su camino hacia el pleno reconocimiento y resurgimiento.

Orígenes orales y preservación poética

Durante siglos, el kurdo no se utilizó por escrito. A pesar de ser el principal medio de comunicación entre los kurdos, incluso la mayoría de los intelectuales y poetas kurdos preferían escribir en otras lenguas dominantes, en particular el árabe y el persa. De hecho, hace más de tres siglos, en su obra maestra Mem û Zîn, el renombrado poeta kurdo Ehmedê Xanî lamentó que los kurdos se hubieran convertido en huérfanos y que el kurdo, desatendido, fuera como el cobre (en comparación con el oro, como las lenguas dominantes). La misma frustración fue compartida por otro respetado poeta kurdo, Nalî, quien, más de un siglo después, se convirtió en el primer poeta en escribir en kurdo soranî. Nalî animó activamente a otros a escribir en kurdo, alabando el potencial del idioma.

La lengua kurda debe su supervivencia no a las instituciones formales, sino, posiblemente, a la poesía y la música. Durante siglos, existió principalmente como tradición oral, preservada y enriquecida por un linaje de poetas que expresaron una amplia gama de experiencias humanas. Feqiyê Teyran empleó la lengua kurda para la devoción religiosa, Mahwî para la reflexión filosófica, Nalî para el anhelo romántico, y tanto Ehmedê Xanî como Hacî Qadirî Koyî para promover el nacionalismo kurdo. A través de sus versos, estos poetas protegieron la lengua del olvido y la oscuridad.

“La historia de la lengua kurda es una historia de vida o muerte”, dijo a The Amargi el doctor Metin Yüksel, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Hacettepe, en Ankara, Turquía, quien ha escrito extensamente sobre la lengua kurda. 

Un idioma, cuatro políticas

Tras el establecimiento de los Estados nación en Medio Oriente después de la Primera Guerra Mundial, un proceso que minorizó a los kurdos como un pueblo sin Estado propio, el idioma kurdo fue sometido a una represión sistemática y a una asimilación forzada.

Durante los primeros años de la República turca, el uso del kurdo estaba estrictamente prohibido en las regiones kurdas de Turquía. Como registró el difunto intelectual Musa Anter en sus diarios, en la década de 1930, a cualquiera que fuera sorprendido hablando kurdo se le imponía una multa de una lira turca por palabra. Este decreto silenció eficazmente, por ejemplo, a los residentes de Mêrdîn (Mardin), muchos de los cuales hablaban solo kurdo, obligándolos a recurrir a la lengua de señas para comunicarse en público. Este silencio forzado se refleja con fuerza en la película de Yılmaz Güney de 1978, La Manada, en la que el personaje Bêrîvan enmudece, simbolizando la supresión generalizada de las voces kurdas en aquella época.

Esta estricta política en Turquía persistió durante todo el siglo XX, y solo con el auge del Movimiento de Liberación Kurdo, las restricciones sobre el idioma comenzaron a suavizarse a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000. La televisión estatal comenzó a transmitir en kurdo, se abrieron escuelas privadas en kurdo y se multiplicaron las publicaciones en kurdo. Sin embargo, los niños kurdos aún carecen de educación formal en su lengua materna en Turquía, y una encuesta reciente reveló que tres de cada cuatro niños kurdos ya no hablan su lengua materna. Además, el Estado recurre con frecuencia a la prohibición de instituciones que promueven el idioma como parte de políticas más amplias para criminalizar la política kurda.

De manera similar, en Siria, tras el establecimiento del Mandato Francés (1920-1946), las demandas kurdas de usar y enseñar su idioma en zonas de mayoría kurda fueron rechazadas abrumadoramente. Publicaciones tempranas como Hawar aparecieron brevemente, pero los regímenes posteriores, especialmente del Partido Baaz, implementaron políticas agresivas de arabización y desplazamientos forzados. Cualquier tolerancia limitada hacia la cultura kurda resultó ser táctica, no genuina.

No fue hasta después de 2011 que los kurdos sirios, junto con las demás comunidades del noreste, lograron formar una administración autónoma de facto. Por primera vez en la historia del país, los niños kurdos recibieron educación en su lengua materna, y el kurdo se convirtió en lengua oficial dentro de dicha administración. Sin embargo, el gobierno central de Damasco seguía negándose a reconocer el kurdo como lengua oficial a nivel nacional.

La lucha por el idioma kurdo varía según la región de Kurdistán. Si bien la represión ha sido históricamente más severa en Turquía y Siria, el idioma fue tolerado en cierta medida en Irak e Irán. Esto explica el avance relativamente mayor del dialecto soranî en comparación con el kurmanjî, a pesar de que este último tiene muchos más hablantes.

Salvo la efímera República de Kurdistán en Mahabad (1945-1946), que oficializó el kurdo, este nunca ha gozado de estatus oficial ni de un reconocimiento significativo en Irán. Bajo el gobierno de Reza Pahlavi (1925-1941), se prohibió el kurdo, lo que contribuyó a la marginación de los kurdos como minoría étnica y religiosa en un país de mayoría chiita. Su sucesor, Mohammad Pahlavi (1941-1979), flexibilizó ligeramente estas restricciones al permitir publicaciones y emisiones en kurdo de forma limitada.

Tras la Revolución Islámica de 1979, el Artículo 15 de la Constitución parecía apoyar las lenguas minoritarias en los medios de comunicación y la educación. Sin embargo, en la práctica, el Estado presenta estas iniciativas como amenazas a la seguridad, arrestando con frecuencia a profesores y activistas de lengua kurda, como Zahra Mohammadi, quien fue condenada a cinco años de prisión por enseñar kurdo en 2022. No obstante, la creación del Instituto de Investigación de Estudios Kurdos en la Universidad de Kurdistán en Sanandaj (Sine), Irán, en el año 2000, marcó un gran avance en la investigación científica sobre la lengua kurda, tanto dentro como fuera de Irán.

En comparación con los Estados vecinos, los kurdos en Irak han disfrutado durante mucho tiempo de un entorno lingüístico relativamente favorable. Tras la caída del Imperio otomano en 1918, el Mandato Británico supervisó la creación del Irak moderno. En 1919, la ciudad de Silêmanî (Sulaymaniyah) vio la primera imprenta kurda, y las autoridades británicas incluso fomentaron su uso como lengua escrita. A lo largo de la década de 1920, surgieron varios periódicos kurdos, aunque su éxito se vio alterado por las cambiantes relaciones entre los gobernantes iraquíes y las comunidades kurdas.

En 1959, la Universidad de Bagdad estableció un departamento de Estudios Kurdos, lo que desencadenó un breve resurgimiento literario antes del regreso de la represión. En 1970, el kurdo se convirtió en la segunda lengua oficial de Irak; ese mismo año, se inauguró la Academia Kurda de Ciencias en Bagdad y aparecieron numerosas revistas kurdas. Estos hitos dieron un gran impulso a la lengua.

El levantamiento de 1991 y el consiguiente establecimiento de la Región Autónoma de Kurdistán (RAK) aportaron nuevos logros: la educación en ese territorio pasó a impartirse exclusivamente en kurdo, a medida que florecía la vida cultural. Finalmente, tras la caída del régimen de Saddam Hussein, la Constitución iraquí de 2005 consagró el kurdo, junto con el árabe, como lengua oficial y, por primera vez, el kurdo apareció en documentos nacionales clave, como los pasaportes.

Divisiones dialectales

Además de enfrentarse a la represión política, los hablantes de kurdo también se ven afectados por divisiones internas.

Según el profesor Amir Hassanpour, pionero lingüístico kurdo, el kurdo comprende al menos cuatro grupos dialectales geográficos, a menudo denominados variedades septentrional, central y meridional, que coexistieron sin jerarquía antes del siglo XX. Hassanpour argumentó que en el Kurdistán prenacionalista, la diversidad lingüística y literaria era la norma en una sociedad mayoritariamente rural y feudal, y que las diferencias dialectales no impedían un sentimiento compartido de identidad kurda. Tanto el kurmanjî como el hawramî desarrollaron tradiciones literarias en el siglo XVI, seguidas por el soranî en el siglo XIX.

El soranî y el kurmanjî son los dialectos más hablados del kurdo, cada uno reflejando historias locales distintivas y la compleja política regional. El kurmanjî, o kurdo del norte, es la forma escrita más antigua. Manuscritos que datan de los siglos XVI y XVII fueron escritos por poetas como Ehmedê Xanî y Melayê Cizîrî. Hoy en día, alrededor del ochenta por ciento de los treinta a cuarenta millones de hablantes de kurdo del mundo utilizan el kurmanjî en el sureste de Turquía, el norte de Siria y las zonas fronterizas de Irak e Irán. El soranî, o kurdo central, surgió como lengua literaria en el siglo XIX bajo el patrocinio del poeta Nalî y desde entonces ha recibido mayor apoyo institucional, especialmente en el Kurdistán iraquí.

A pesar de sus raíces compartidas, el soranî y el kurmanjî presentan algunas diferencias en su vocabulario cotidiano, pronunciación y gramática. Un estudio que comparó las quinientas palabras kurmanjî más comunes con sus equivalentes en soranî, identificó cuarenta y nueve elementos distintos, muchos de ellos entre pronombres y otras palabras de uso frecuente.

Las diferencias entre los dialectos se han utilizado a menudo como excusa para políticas que buscan dominar y gobernar a las poblaciones. A principios de la década de 1930, el gobierno iraquí aprovechó las diferencias entre el kurmanjî y el soranî para negar el reconocimiento del kurdo como lengua oficial local. Desde entonces, diversas iniciativas han buscado unificar el idioma, ya sea desarrollando una forma estándar única o designando un dialecto como lengua oficial. En sus memorias, el escritor y poeta kurdo Cigerxwîn, hablante nativo de kurmanjî, describe los intensos debates en el Congreso de Maestros Kurdos celebrado en Sheqlawe, en 1959 y 1960, sobre qué dialecto debía ser elegido como lengua estándar.

A diferencia del mundo arabófono, donde el árabe estándar moderno proporciona una forma literaria uniforme para su uso en los medios de comunicación, la educación y el discurso oficial, el kurdo no tiene un formato estándar equivalente. En árabe, los hablantes del Levante, el Golfo y el norte de África pueden, a pesar de las grandes distancias culturales y geográficas, cambiar al árabe estándar moderno al leer periódicos, ver la televisión panárabe o asistir a la universidad. Esto les permite comunicarse a pesar de las diferencias dialectales regionales. En cambio, ni el soranî ni el kurmanjî pueden servir como estándar pankurdo. Esta ausencia de un registro único y formal limita la cohesión en la educación, la radiodifusión y la comunicación oficial en las regiones de habla kurda.

“Crear una nueva lengua fusionando dos dialectos o imponiendo uno sobre los demás es un error y está condenado al fracaso”, afirma Aso Mahmoodi, cofundador de Vejin, el mayor diccionario en línea y corpus literario kurdo. Mahmoodi declaró a The Amargi que la prioridad debería ser estandarizar las formas escritas, la ortografía y la puntuación dentro de cada dialecto, sin perder de vista las demás variantes kurdas. Asimismo, el doctor Metin Yüksel, hablante de ambos dialectos, considera esta diversidad una fortaleza. Sugiere que la aproximación entre los dialectos depende de la política lingüística del Gobierno Regional de Kurdistán (GRK), donde el kurdo tiene carácter oficial.

Uno de los obstáculos más importantes entre los dialectos es el uso de diferentes sistemas de escritura. El kurmanjî emplea un alfabeto basado en el latín, mientras que el soranî utiliza una escritura basada en el árabe. Esta división implica que un hablante de un dialecto a menudo no puede leer textos en el otro.

Mahmoodi, licenciado en lingüística computacional, ha desarrollado una herramienta de código abierto que convierte con precisión entre las escrituras kurdas con un mínimo de errores. Insta a los desarrolladores web a integrar este conversor en sitios web en kurdo. “Sobre todo, cada dialecto debería adoptar una ortografía unificada que respete sus propias normas y, al mismo tiempo, sea legible para hablantes de otras variantes del kurdo”, afirma.

El kurdo en tiempos de IA

A pesar de importantes obstáculos políticos e internos, el kurdo se está consolidando gradualmente, ahora también en el mundo digital y en los modelos de inteligencia artificial. En un hito importante, el kurmanjî se añadió al traductor de Google en 2016, seguido del soranî en 2022. Desde 2023, Meta ha estado trabajando para integrar ambos dialectos en Facebook. Hasta la fecha, se han traducido más de 2,3 millones de palabras, lo que permite a los usuarios navegar por la plataforma en kurdo.

El kurdo también aparece en modelos de IA populares como ChatGPT, Gemini y Claude, aunque la precisión sigue siendo inconsistente. En ocasiones, el resultado contiene suficientes errores como para distorsionar el significado y dificultar la comprensión. Sin embargo, para muchos, la mera presencia de texto en kurdo indica progreso.

Sarchia Khursheed, defensora del idioma kurdo, describe el kurdo como un idioma de bajos recursos en el dominio público. Por ejemplo, la relativa escasez de artículos, documentos y libros en línea retrasó la inclusión del soranî en Google Translate. Los recientes avances en la eficiencia de los modelos y el aumento de los datos digitales en kurdo finalmente hicieron posible ese paso. Khursheed añade que algunos modelos lingüísticos de gran tamaño aún tienen dificultades con el kurdo porque han contado con poco material de alta calidad del que aprender. Por el contrario, sistemas más recientes como Google Gemini muestran que, con suficientes datos, los modelos pueden escribir en kurdo de maneras casi indistinguibles de las de los autores nativos. Esto demuestra que los recursos en línea existentes pueden respaldar modelos robustos si las empresas deciden invertir en idiomas de bajos recursos.

Si bien el volumen de textos digitales es crucial para el entrenamiento de modelos lingüísticos, la calidad del material sí importa. Mahmoodi señala que, si bien ya existe suficiente material en kurdo central en línea para construir un modelo sólido, el nivel general de los textos es relativamente bajo. Atribuye esto a la ausencia de una ortografía unificada, las múltiples distribuciones de teclado, la ortografía inconsistente y una indiferencia generalizada por la precisión ortográfica entre los escritores. “He observado que un mismo autor kurdo puede escribir un párrafo en kurdo con más de diez errores de ortografía y puntuación, pero rara vez comete errores al escribir en persa”, afirma.

Para abordar estos desafíos, Mahmoodi fundó AsoSoft. La plataforma busca mejorar la calidad de los textos kurdos mediante la aplicación de estándares ortográficos y de puntuación uniformes, reforzando así las bases para futuras aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA).

Hitos en la lengua kurda:

-Siglo XVI: Melayê Cizîrî compone la obra literaria kurda más antigua conocida.

-1898: Aparece el primer periódico kurdo en El Cairo.

-1915: Husên Huznî Mukriyânî funda la primera imprenta kurda en Alepo

-2005: El kurdo se consagra como lengua oficial en Irak.

El peligro y el camino a seguir

Con los recientes avances y el creciente resurgimiento del kurdo, puede resultar extraño preguntarse si la lengua sigue estando en peligro. Si bien los dos dialectos dominantes no están clasificados como en peligro, un par de subdialectos kurdos sí aparecen en la lista de lenguas en peligro de la UNESCO. En el Atlas de las Lenguas del Mundo en Peligro, de 2010, el zazakî/dimilkî, con 1,5 millones de hablantes nativos, fue clasificado como vulnerable. El hawramî, hablado por unas 300.000 personas, fue catalogado como definitivamente en peligro.

Un estudio exhaustivo de 2021 advierte que, sin intervención, más de 1500 lenguas se perderán para finales de siglo, incluyendo estos dos dialectos kurdos. Predice que la pérdida de lenguas podría triplicarse en cuarenta años, con al menos una lengua desapareciendo cada mes. Los autores piden una inversión urgente en documentación lingüística, educación bilingüe y programas de preservación comunitarios.

“Cualquiera que observe a las comunidades kurdas en Turquía notará que, hoy en día, los niños nacidos de padres kurdohablantes a menudo no hablan ni entienden el idioma”, afirma el Dr. Metin Yüksel. Este declive, argumenta, pone al kurdo en una situación de riesgo existencial en Turquía, donde reside la mayor población kurda. Una de las principales demandas de los partidos prokurdos en Turquía es promover el idioma en las escuelas de las zonas de población kurda y convertirlo en una lengua de instrucción en lugar de una asignatura optativa.

Aso Mahmoodi argumenta que el kurdo también se enfrenta a una transición gradual, dialecto por dialecto, hacia el árabe, el persa, el turco o el inglés. “A medida que los niños se educan en esos idiomas, internalizan sus sistemas gramaticales. Con el tiempo, su vocabulario y la estructura de sus oraciones evolucionan hacia lo que ya no puede llamarse kurdo. Dentro de poco, muchos ancianos no podrán entender a sus nietos”.

Una presión interna más reciente y sutil sobre el kurdo proviene del creciente prestigio del inglés como puerta de entrada al empleo y la movilidad moderna, especialmente en escuelas y universidades privadas, donde la instrucción en inglés se promociona como la clave para un futuro seguro. Los estudiantes y las familias priorizan cada vez más el inglés porque se considera el idioma de las oportunidades. Este cambio instrumental se refuerza en el hogar: los padres, motivados por aspiraciones económicas, a menudo encaminan a sus hijos hacia entornos donde predomina el inglés, lo que debilita la transmisión intergeneracional del kurdo y acelera la pérdida de la lengua, un patrón que se refleja en la investigación sobre políticas lingüísticas familiares y en diversos estudios entre kurdos en Irak. Los académicos advierten que esta dinámica, sumada a la marginación existente, convierte al inglés no solo en una lengua rival, sino en un factor que contribuye a la progresiva marginación del kurdo en los ámbitos público y privado.

Aún queda mucho por hacer para mantener la diversidad lingüística en Kurdistán. Sin embargo, ni siquiera los hablantes de las variedades dominantes del kurdo deben confiarse. Algunos académicos señalan que ninguna lengua es eterna; un día, incluso el inglés podría desaparecer. Los súbditos de los imperios romano o egipcio pudieron haber creído que sus lenguas perdurarían para siempre. Pero incluso los imperios caen.

FUENTE: Renwar Najm / The Amargi / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

martes, septiembre 30th, 2025