Tribus en el noreste de Siria: entre la cooptación y la emancipación

Mientras el futuro del Estado sirio sigue siendo incierto, las tribus árabes se han visto atrapadas en las tensiones entre la autoproclamada Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), dirigida por los kurdos, y el recién instalado gobierno de transición liderado por los islamistas en Damasco.

El panorama sociopolítico del noreste de Siria es un complejo entramado de comunidades y grupos armados. Las tribus, a menudo percibidas como estructuras sociales que representan sólidas formas de jerarquía y solidaridad, también pueden cambiar de lealtad o dividir sus propios liderazgos con el tiempo al verse sujetas a influencias externas. Bajo el régimen de Bashar al Asad, las tribus se vieron generalmente debilitadas para permitir que el régimen del partido Baaz dominara la cuenca del Éufrates. Posteriormente, durante la guerra civil, se convirtieron rápidamente en una estructura eficaz para movilizar combatientes bajo diferentes banderas.

Pragmatismo y ambiciones personales

En los primeros años de la guerra, la poderosa confederación tribal Al Shammar, que se extiende por Irak y Siria, armó y reunió rápidamente a cientos de combatientes para contrarrestar al Estado Islámico (ISIS) en la región de Al Jezirah. “Nuestros hombres estuvieron a la vanguardia de la oposición al ISIS. Los Shammar se movilizaron para vengar la muerte de algunos de nuestros compañeros tribales, pero también para ayudar a otras comunidades, como los yazidíes, que se enfrentaban al genocidio en Sinjar (Shengal), aliándose con los combatientes kurdos de las YPG (Unidades de Defensa del Pueblo) y las YPJ (Unidades de Defensa de la Mujer)”, describió Manaa ibn Humaydi al Hadi, el influyente líder de la confederación Shammar, en una entrevista en su ciudad natal, Ain Talo.

Foto: Santiago Montag

La alianza entre lo que con el tiempo se convertiría en la AANES y la confederación Al Shammar no se ha debilitado; se mantiene sólida. Actualmente, varios miles de combatientes de Al Shammar siguen movilizados en la milicia Sanadid. La mayoría se ha integrado en las filas y responde a las órdenes de los comandantes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), la fuerza militar multiétnica de la AANES. En cuanto a otras tribus, la colaboración con las fuerzas lideradas por los kurdos no siempre fue intuitiva.

Foto: Santiago Montag

Más allá del tribalismo, existe una cuestión política fundamental. En Deir Ezzor, los comandantes kurdos fueron muy hábiles al utilizar las reivindicaciones tribales contra el ISIS. Por ejemplo, la tribu Shaitat sufrió más de mil ejecuciones a manos del Estado Islámico en 2014, ya que la organización terrorista se apoyaba en estructuras tribales rivales, como la sección Amr Rafdan de la tribu Bukayr en la cuenca del Éufrates. Pero al apoyarse en estructuras tribales específicas para debilitar a otras, las FDS también corren el riesgo de que sus antagonistas regresen para apoyar a sus rivales. Nunca ideológica, sino pragmática, la colaboración de las tribus con las FDS también fue una forma para que los jeques de rango medio obtuvieran ascensos dentro de sus tribus movilizando a sus parientes, detalló Felix Legrand, estudiante de doctorado especializado en dinámicas tribales en el noreste de Siria, quien recientemente regresó de un viaje de campo en la región. Sin embargo, ahora que la amenaza del antiguo régimen ha desaparecido, las FDS enfrentan nuevos desafíos.

Deserciones y tensiones

En la cuenca del Éufrates, varias estructuras tribales desertaron recientemente de las FDS. “Las deserciones se produjeron principalmente en los consejos militares de Manbij y Deir Ezzor. En este último caso, varios líderes de la tribu Shaitat (clan Ogaidat) abandonaron su puesto”, explicó Legrand. La mayoría regresó a sus hogares en zonas de Deir Ezzor que antes estaban bajo el control de Al Asad, como Al Bou Kamal, cerca de la frontera iraquí. Muchos creen que las FDS tienen los días contados. De hecho, la desaparición de las amenazas baazistas en Siria llevó a muchos a considerar a las FDS y, por extensión, a la AANES como estructuras obsoletas”.

Tras las deserciones de finales de 2024, las FDS establecieron apresuradamente unidades de seguridad menos tribales, mixtas kurdas y árabes, eludiendo así a los consejos militares locales, que dependen de las estructuras tribales. En Raqqa, añadió el investigador, las brigadas locales fueron en algún momento completamente eliminadas y reemplazadas por unidades de Afrin, compuestas por kurdos que habían sido desplazados recientemente por el avance del Ejército Nacional Sirio (ENS), respaldado por Turquía, en las zonas de Shahba y Manbij, al norte de Alepo. Mientras tanto, se impuso un toque de queda en Raqqa, la misma ciudad que ISIS había proclamado como su capital.

A pesar de su disciplina, estas unidades mixtas tienen menos experiencia de campo y menos conexiones sociales en las zonas de Deir Ezzor y Raqqa. Esto, a su vez, genera más tensiones con las poblaciones locales. Además, estas unidades recién desplegadas tienen menos capacidad para combatir las células latentes del ISIS que quedan en estas zonas, mientras que el grupo terrorista logró apoyarse en algunas formas de solidaridad tribal para mantener su lucha de baja intensidad contra las FDS.

“Al socavar las realidades tribales de las zonas donde combaten contra el ISIS, las FDS corren el riesgo de perder terreno”, señaló Legrand, quien realizó varios estudios sobre el problema de la cooptación tribal en la región. Finalmente, las fuerzas de seguridad locales se desplegaron en la zona de Raqqa para evitar un mayor distanciamiento de la población, añadió el investigador.

Foto: Santiago Montag

Agentes de mediación y legitimación

Para evitar una mayor fuga de personal y deserciones tribales, la AANES recurrió a la creación de oficinas de relaciones públicas para mediar con los miembros de las tribus locales y escuchar las súplicas de la población. A estas mediaciones semanales asisten en ocasiones representantes estadounidenses.

A nivel político, la AANES reconoce desde hace tiempo que las tribus constituyen una estructura irremplazable. No duda en movilizar a figuras tribales de renombre para expresar su solidaridad con la autoadministración autónoma. Este ha sido el caso de los líderes de las tribus Tayy y Baggara, quienes regularmente aparecen en primera línea para defender a la AANES ante las críticas.

A nivel más local, los líderes tribales son actores cruciales de la reconciliación, especialmente en antiguos bastiones del ISIS. Muchos de ellos presionan por la liberación de los detenidos del ISIS y garantizan que no volverán a delinquir. El departamento de seguridad de la prisión de Hasakah recibe semanalmente a figuras tribales.

Una oportunidad perdida

En general, es posible que la AANES haya perdido la oportunidad de comprender el factor tribal en todo su potencial. Había mucho para lograr con las tribus locales, que generalmente desconfían del poder central. Si bien la retórica de la AANES se centra en la descentralización, no logró movilizar a los elementos tribales en esta dirección para presionar ni al régimen del Baaz en el pasado ni al gobierno de transición actual. 

Tras décadas de marginación [por parte del régimen del Baaz] de las zonas del Éufrates Oriental, ricas en recursos, las tribus podrían haber sido clave para lograr algún tipo de descentralización de Damasco. Sin embargo, esto solo se habría podido abordar si los líderes kurdos hubieran desarrollado mecanismos serios de formulación de políticas con las facciones tribales. En cambio, se mantuvieron centrados en su propio proyecto cultural y político, añadió Legrand.

Fuente: Santiago Montag

De hecho, el liderazgo kurdo en Rojava ha sido criticado en el noreste de Siria por haber iniciado negociaciones con Damasco sin ningún tipo de consulta con otros componentes del tejido social de la región, mientras que varios líderes árabes y kurdos aparecen regularmente en eventos públicos para legitimar la imagen de diversidad en las instituciones de la AANES.

“En general, el liderazgo mayoritariamente kurdo de la AANES no ha logrado generar una adhesión general a su proyecto autónomo entre los componentes de la sociedad árabe, a pesar de su deseo de mayor participación”, describió Legrand. El sentimiento de supremacía kurda en la región nunca flaqueó, ya que a menudo se percibe a los kurdos como instrumentalizadores de acciones antiterroristas para expandir su territorio en Siria. Mientras tanto, la gran mayoría de los árabes en Raqqa y Deir Ezzor están dispuestos a reintegrarse al Estado central, aunque de forma gradual, para evitar el caos que estalló en Manbij, donde las milicias afiliadas al Ejército Nacional Sirio, respaldadas por Turquía, causaron estragos en la región.

A pesar de estas dificultades, la AANES mantiene su compromiso con el diálogo pacífico e inclusivo. La reciente conferencia celebrada en Hasakah el 8 de agosto de 2025 demostró su capacidad para movilizar a un amplio espectro de la sociedad civil siria en torno a un mensaje de coexistencia y unidad, dentro de una Siria descentralizada, más allá de la región autónoma. Diversas facciones tribales también participaron en el evento. A pesar de su discurso inclusivo y constructivo, la conferencia fue recibida negativamente por el gobierno central, que amenazó con poner fin a las negociaciones políticas con la AANES.

A pesar de este entorno inestable, la AANES y los nuevos gobernantes de Siria lograron entablar largas e inciertas negociaciones, a la vez que lograron un alto el fuego con las facciones más hostiles del Ejército Nacional Sirio, liderado por Turquía. En esta situación, los actores tribales, tradicionales o recientemente empoderados, podrían desempeñar un papel importante. Queda por ver si este impacto facilitará la normalización de las relaciones entre la AANES y Damasco o provocará el debilitamiento de ambas.

FUENTE: Sylvain Mercadier / Fotos: Santiago Montag / The Amargi / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

lunes, septiembre 22nd, 2025