La región de Botan (Bakur, Kurdistán turco) ha estado bajo una enorme presión ecológica durante años. Se están talando bosques, se están excavando minas en las montañas, los cursos de agua se están secando, todo esto acompañado de una presencia militar cada vez mayor. Las consecuencias afectan tanto a las personas como a la naturaleza: aumento de las temperaturas, disminución de la calidad del agua, disminución de los medios de vida.
En respuesta a este desarrollo, la Plataforma Ecológica de Şırnak (PES), junto con iniciativas regionales, ha anunciado una marcha de protesta y una vigilia de dos días en la localidad de Besta. La acción comenzará el 9 de septiembre con una manifestación en el centro de Şırnak y terminará el 10 de septiembre con una vigilia simbólica en defensa de la naturaleza.
“La sobreexplotación continúa y se dan consecuencias para toda la región”, dice Ahmet Başak, miembro de la PES. El impacto es particularmente profundo en Besta, Cudi y Gabar. “Donde antes había aldeas y la gente cultivaba, hoy solo quedan ruinas y tierra seca”, afirma el activista.
La combinación de destrucción ambiental y restricciones a la circulación está ejerciendo presión sobre la población rural. Se declaran repetidamente zonas especiales de seguridad y se imponen prohibiciones de acceso, lo que impide que las personas usen sus campos y pastos. Muchos se ven obligados a abandonar sus hogares.
“Cuando los bosques caen, los animales, el agua y la fertilidad del suelo también desaparecen -explica Başak-. Lo que queda es calor, polvo y pobreza”.
La protesta del 9 de septiembre comenzará a la una de la tarde con una declaración en la plaza Cumhuriyet, en Şırnak. A continuación, se realizará una marcha a las afueras de la ciudad, desde donde las y los participantes viajarán en vehículo hasta la comarca de Besta. Una vigilia nocturna comenzará allí a las cuatro de la tarde y continuará hasta la mañana siguiente. La protesta estará acompañada por pobladores de las ciudades cercanas. Las familias locales también participarán, con mujeres horneando pan y organizando los suministros.
Başak describe los acontecimientos de los últimos años como un deterioro continuo: “Durante al menos cinco años, la limpieza ha estado ocurriendo aquí sin interrupción. Al mismo tiempo, el acceso a la tierra está restringido por medidas de seguridad. Donde la gente ya no pueda tener animales o cultivar frutas, eventualmente no quedará vida”.
Muchos campos ya han sido abandonados en las aldeas alrededor de Cudi. Las fuentes de agua se están secando y las formas tradicionales de agricultura están desapareciendo. Las personas mayores que no pueden mudarse se ven particularmente afectadas
Los organizadores de la protesta ven su acción no solo como una manifestación local, sino como parte de un debate más amplio sobre la justicia ambiental y la participación democrática. “Cuando los bosques se queman en otros lugares, hay mucha atención. Cuando los bosques se talan deliberadamente aquí, hay silencio”, remarca Başak.
El activista también hace un llamado a un amplio debate social sobre la destrucción del medio ambiente, las desigualdades estructurales y la responsabilidad política. El mensaje de la próxima protesta es claro: “La destrucción de la naturaleza no es una nota al pie, es un desafío para la sociedad en su conjunto”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina