Como es sabido, una reunión sobre Siria debía celebrarse en París a mediados de agosto. La reunión anterior se pospuso debido a la no participación del gobierno de Hayat Tahrir al Sham (HTS). La razón alegada del gobierno de Damasco en ese momento fueron los supuestos sucesos ocurridos en Suwayda (sur de Siria). En esta ocasión, la Agencia Estatal de Noticias Árabe Siria (SANA) anunció públicamente que el gobierno de Damasco tampoco asistiría a la próxima reunión. Su razón fue la reunión celebrada recientemente en Hesekê.
A la mencionada reunión asistieron representantes de todos los sectores de la sociedad siria. Funcionarios en Damasco la describieron como un intento de dividir el país y como una acción de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) para romper el acuerdo alcanzado con el gobierno interino el 10 de marzo pasado.
Entre los asistentes a la reunión en Hesekê se encontraban Hikmet Hicri, representante de la comunidad drusa, y un representante de la comunidad alauita. Al parecer, el gobierno de Damasco se mostró profundamente perturbado por la participación de estas personas. Parece que en lugar de considerarlas parte de la realidad de Siria, las considera enemigas. El gobierno de Damasco es incapaz de unir a estos segmentos de la sociedad. Ha abandonado el enfoque de garantizar la unidad nacional e incluir a todos y a todas. En su lugar, lo hace todo por sí mismo: toma todas las decisiones por sí mismo y gobierna en solitario, excluyendo a quienes no pertenecen a él.
¿Cómo se logrará la unidad de Siria en este caso?
La reunión de Hesekê convocó a todos los sectores de la sociedad, donde los participantes expresaron una postura a favor de la unidad. En otras palabras, enviaron un mensaje no separatista, sino unitario. La declaración final también lo enfatizó. No se hicieron llamamientos a la separación, la división ni al establecimiento de un gobierno independiente. Esta postura puede interpretarse como un apoyo a la reunión en París. Fuera de Damasco, nadie la vio ni la interpretó negativamente.
La agencia SANA basó su informe sobre la retirada de la reunión de París en fuentes gubernamentales. Sin embargo, aún no ha habido una declaración oficial del gobierno. SANA no puede publicar dicha información sin su conocimiento. Se sabe que el gobierno tiene la intención de no asistir a la reunión. Sin embargo, hacerlo oficial podría ponerlos en una situación difícil. En cambio, al difundir tales informes, podrían intentar medir las reacciones. Si surgen reacciones fuertes, dejarían la puerta abierta para participar.
Se sabe que Estados Unidos, Francia y el Reino Unido asistirán a la reunión de París. Por ello, Damasco intenta evitarla, ya que no tendría la facultad de ignorar las decisiones que se tomen allí, ya que serían más vinculantes. El gobierno de Damasco no tiene una cultura de compromiso ni de cooperación con diferentes fuerzas y perspectivas. Su mentalidad se basa en la exclusividad y la obediencia absoluta. Su enfoque en los asuntos y demandas internas ya ha quedado demostrado con sus acciones hacia las comunidades alauita y drusa.
Su enfoque hacia la Administración Autónoma (AADNES) también consiste en subyugarla. Quienes no se someten son considerados enemigos. De hecho, su contrapropaganda y sus amenazas contra la región autónoma van en aumento.
Ya se ha señalado que la administración de Damasco no desea participar en la reunión de París. Sin embargo, existe otro bando que se opone aún más a esta reunión: el gobierno turco. Es este gobierno el que ha alentado y guiado a Damasco en este sentido. De hecho, tan pronto como se anunció que se celebraría la reunión de París, los ministros turcos comenzaron a llegar a Damasco.
La mayor exigencia y presión para desarmar a las FDS y desmantelar la AADNES proviene del gobierno turco. Las amenazas de Ankara contra la AADNES también comenzaron a aumentar. Las acciones y ataques contra la región autónoma se han intensificado.
El gobierno turco no participa en estas reuniones, al igual que tampoco en el proceso de Astaná. Además, no quiere que la cuestión kurda se plantee en una plataforma internacional. Incluso si las negociaciones se llevan a cabo en nombre de la Administración Autónoma y las FDS, los kurdos participan en ellas. El gobierno turco bloquea todas las iniciativas que involucran a los kurdos. El proceso de Astaná se ha convertido en un proceso dirigido contra los kurdos y las kurdas.
Rusia había invitado a la AADNES a la amplia reunión que se celebraría en Sochi. Sin embargo, el gobierno turco intervino, llegó a un acuerdo y excluyó a la Administración Autónoma. Asimismo, bloqueó la participación de los kurdos y de la AADNES en el Comité Constitucional de Ginebra.
No está claro cuánta influencia ejercerán Estados Unidos y Francia, pero también han comenzado a comprender que es el gobierno de Damasco el que se niega a comprometerse o buscar soluciones. Damasco no toma medidas ni incluye a la Administración Autónoma en sus decisiones, al tiempo que la culpabiliza. Su propaganda se basaba en la afirmación de que la AADNES era la que no actuaba.
Estados Unidos y otros países mantienen un diálogo constante con ambas partes y pueden comprender el enfoque de cada una. La cuestión radica en la eficacia y la equidad de estos Estados. Sin duda, son conscientes de que el gobierno turco es la raíz del problema.
En conclusión, Ankara continúa su hostilidad hacia los kurdos. Está arrastrando a Siria a una nueva guerra civil y empujando a los kurdos y a las kurdas hacia la masacre. Mientras el gobierno de Erdogan afirma en Turquía que “debemos ser hermanos con los kurdos”, al mismo tiempo les tiende trampas mortales en Siria.
FUENTE: Zeki Bedran / ANF / Edición: Kurdistán América Latina