Es hora de que Irán aborde la cuestión kurda

En las últimas décadas,, Irán ha logrado debilitar físicamente en gran medida al movimiento nacionalista kurdo dentro de sus fronteras, pero ha fracasado estrepitosamente a la hora de abordar las preocupaciones que alimentan esos sentimientos. Los acontecimientos recientes, incluida la elección de un presidente de habla kurda, han puesto de relieve la oportunidad de que la República Islámica aborde finalmente la cuestión kurda. Pero, además del Estado iraní, ¿están también los partidos kurdos dispuestos a aceptar un acuerdo de ese tipo?

Espacio para el optimismo

Aunque las protestas lideradas por mujeres en Irán, en 2022, unieron el discurso de comunidades enteras contra el establishment político, la polarización paralela (en particular en la diáspora) puso de relieve problemas profundamente arraigados y no resueltos. Para muchos kurdos, la oposición monárquica, en particular, no es vista como representante de un nuevo Irán democrático, principalmente porque no ofrece una alternativa que aborde la cuestión de las minorías.

Establecer la paz y evitar más conflictos son objetivos deseables que sólo pueden lograrse mediante un compromiso constructivo y un diálogo significativo. Sin embargo, en los últimos años, Irán ha abordado la cuestión kurda dentro de sus fronteras de manera más agresiva. Teherán también ha hecho lo mismo en el exterior, como se ha visto en los repetidos ataques con aviones no tripulados y misiles en el Kurdistán iraquí. Dicho esto, ha habido tres acontecimientos que brindan optimismo sobre el futuro.

En primer lugar, a pesar de varios problemas bilaterales, el presidente de la región del Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani, visitó Irán en mayo. Los medios de comunicación kurdos, así como el Partido Democrático de Kurdistán (PDK), describieron la visita como positiva. La visita fue importante porque una de las cuestiones clave entre las dos partes es la presencia de grupos armados de oposición kurdos iraníes en el Kurdistán iraquí. Teherán se ha referido a esta presencia como una justificación para sus ataques aéreos contra objetivos en la región del Kurdistán iraquí. Sin embargo, si Irán quiere que sus oponentes abandonen Irak, necesita un acuerdo de paz con esos actores mediante negociaciones en lugar de intentar coaccionar a Erbil para obligarlos a buscar refugio en Europa.

En segundo lugar, la aparente decisión de Irán de adoptar una actitud menos agresiva mientras los kurdos se unían a otros dentro del país para celebrar el Newroz (Año Nuevo) en marzo, ha sido interpretada como un paso positivo.

En tercer lugar, en las elecciones parlamentarias de marzo de 2024, los candidatos kurdos  ganaron en Urmia, una ciudad étnicamente diversa en el noroeste de Irán, que es predominantemente azerí y kurda.

A pesar de estos avances, algunos kurdos siguen siendo escépticos y los consideran una típica política de “palo y zanahoria” y “divide y vencerás” del Estado iraní. Los críticos también sostienen que la República Islámica habla de acuerdos de paz cada vez que se encuentra bajo presión, y destacan cómo la guerra entre Irán e Irak de 1980-1988 convenció a Teherán de entablar conversaciones con grupos kurdos, para luego asesinar a sus homólogos cuando el conflicto terminó. Pero ¿tiene Irán, en última instancia, otra opción que abordar pacíficamente la cuestión kurda?

No cabe duda de que las negociaciones y el diálogo son cruciales para la estabilidad interna y la integridad territorial de Irán. La indignación en las regiones de mayoría kurda, en particular, por la muerte de Mahsa Jina Amini (una mujer kurda iraní de 22 años que murió bajo custodia de la policía moral en Teherán) demostró que el Estado es vulnerable. Es muy probable que los responsables de las decisiones iraníes sean conscientes de que futuros incidentes podrían provocar un estallido aún más fuerte de ira kurda, con consecuencias impredecibles.

Enfoques contrastantes

Aunque la cuestión kurda en Irán recibe menos atención que las de Siria y Turquía, es alarmante y se ve agravada por las dificultades económicas. La situación se complica aún más por los enfoques contrastantes que ha adoptado Irán dentro de sus fronteras en relación con la región.

Desde la Revolución Islámica en 1979, Irán ha desempeñado un papel fundamental en el apoyo a actores no estatales. Lo ha hecho en nombre de los “oprimidos”, pero sus actividades también han servido para asegurar intereses geopolíticos.

Por ejemplo, el apoyo militar y político de Irán a los kurdos en Irak en la década de 1980 fue significativo, y Teherán se ganó la buena voluntad cuando acogió a refugiados kurdos. La victoria de los kurdos iraquíes sobre las fuerzas gubernamentales iraquíes durante el levantamiento kurdo de 1991 también estuvo vinculada al apoyo iraní. Además, la neutralidad de Irán hacia los movimientos nacionalistas kurdos en Siria y Turquía ha hecho que la República Islámica parezca menos agresiva hacia los kurdos que otros Estados regionales con las comunidades kurdas.

Sin embargo, el apoyo iraní a los kurdos en Irak (incluso durante la guerra de 2014 contra el grupo Estado Islámico -ISIS-) no refleja la realidad interna de Irán. A pesar de algunos derechos culturales, los derechos políticos básicos (incluido el derecho a la educación en la lengua materna) siguen estando fuera del alcance de los kurdos iraníes.

Desde la ejecución en 1947 del líder kurdo Qazi Muhammad hasta los recientes ataques a grupos de oposición en el exilio, los kurdos de Irán han perseguido ciertas aspiraciones políticas. El resultado de esta contienda es claro: el Estado iraní no ha podido erradicar el nacionalismo kurdo, ni los kurdos han podido lograr tales aspiraciones. Mientras tanto, las cuestiones relacionadas con las minorías han dejado a Irán vulnerable a problemas internos no resueltos. Esa dinámica también ha dejado a Irán incapaz de establecer relaciones reales con los kurdos de la región, incluidos aquellos que son menos escépticos respecto de los motivos iraníes.

Mirando hacia el futuro

Las protestas contra el establishment que estallaron tras la muerte de Amini en 2022 reafirmaron el deseo de un gobierno democrático y de derechos civiles entre los iraníes, y también reavivaron las aspiraciones kurdas a obtener derechos políticos. Sin embargo, las protestas pronto se vieron plagadas de  divisiones y polarización entre comunidades y dentro de ellas.

Para abordar la cuestión kurda y preservar, al mismo tiempo, la integridad territorial de Irán, es necesario considerar un enfoque más democrático. Esto es especialmente pertinente si se tiene en cuenta que la cuestión kurda en Irak se abordó eficazmente mediante la Constitución de 2005, promulgada tras el derrocamiento del régimen del Partido Baaz en 2003.

Basándose en valores democráticos, se debería conceder a las minorías una autonomía significativa (incluido el derecho a la educación en sus lenguas maternas), fomentando así la inclusión y el autogobierno sin fragmentar la unidad nacional. Al adoptar un marco de ese tipo, Irán podría abordar las tensiones étnicas de manera constructiva, asegurando la estabilidad y la cohesión de su diversa población.

Si se resuelve la cuestión kurda, Irán no sólo demostrará su compromiso con los derechos de las minorías, sino que también se convertirá en un aliado de los kurdos. Además, aumentará su influencia regional al fomentar mejores conexiones con países vecinos como Irak, Siria y Turquía y, por extensión, le proporcionará una puerta de entrada al mundo árabe. Este cambio estratégico podría allanar el camino para que Irán mejore su posición internacional y fomente una mayor cooperación con la comunidad mundial.

El nuevo presidente reformista de Irán, Masoud Pezeshkian, ha señalado que su prioridad es “el acuerdo en casa y el compromiso con el mundo”. Consciente de sus fuertes vínculos con el Kurdistán iraní y de su fluidez en el idioma kurdo, ¿no sería la política estratégica más importante de Pezeshkian la de buscar el diálogo con la comunidad kurda de Irán antes de buscar el diálogo con Occidente? Las conversaciones de 2019 en Noruega entre el gobierno iraní y los partidos políticos kurdos podrían haber allanado el camino hacia la paz. Lamentablemente, el diálogo fracasó porque no se llevó a cabo con seriedad. Más que nunca, es hora de cambiar esa dinámica.

FUENTE: Kamal Chomani / Amwaj / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

martes, septiembre 3rd, 2024